Las
intervenciones que se realizan
en Atención Temprana (AT) están destinadas a la primera infancia que se refiere a la población comprendida
entre los 0 y 6 años de edad, también a la familia y el entorno, sin embargo, las madres y los padres tienen un gran
protagonismo en todo el proceso terapéutico desde el inicio del tratamiento
hasta el momento del alta definitiva.
Antes
de avanzar con el contenido de este artículo es necesario, en primer lugar,
definir el concepto de atención temprana
recordando que mi objetivo primario sigue siendo escribir para el conjunto de la población a través de este Blog.
Del LIBRO BLANCO DE LA ATENCIÓN TEMPRANA (GAT, 2000) se recoge la siguiente definición:
Se entiende por Atención Temprana (AT)
el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a
la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto
posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños
con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas
intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser
planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o
transdisciplinar.
El Libro
Blanco de la Atención Temprana fue elaborado, tras varios años de trabajo, por
un amplio grupo de profesionales del territorio español y lo publicó, en el año
2000, el Real Patronato sobre Discapacidad, constituyéndose en un referente
para todos los profesionales de la AT.
Posteriormente,
con la creación de los Procesos Asistenciales Integrados (PAI) del Sistema
Sanitario Público de Andalucía, en 2006 ve la luz el libro Atención Temprana: Proceso Asistencial Integrado.
En
él, se define la Atención Temprana como el
conjunto de actuaciones dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la
familia y al entorno, con la finalidad de prevenir y detectar de forma precoz
la aparición de cualquier alteración en el desarrollo, o el riesgo de
padecerla, realizando, en aquellos casos que lo precisen, una intervención
integral dirigida a potenciar capacidades, para evitar o minimizar el
agravamiento de una posible deficiencia.
Introducción al desarrollo infantil:
Haciendo una breve introducción al desarrollo
infantil quisiera mencionar la GUÍA
DEL DESARROLLO INFANTIL desde el nacimiento hasta los 6 años elaborada por el Grupo de Atención Temprana (GAT) cuyo fin es preventivo al ofrecer pautas para mejorar la atención del niño en
el ámbito familiar y evitar la aparición de trastornos o dificultades en el
desarrollo.
Recordemos
que los primeros años de vida son la base del desarrollo del
niño y se caracterizan por una adquisición progresiva de funciones tan
importantes como son el control postural, la autonomía de desplazamiento, la
comunicación, el lenguaje verbal y la interacción con el medio.
Esta evolución está estrechamente ligada al proceso
de maduración del sistema nervioso ya iniciado en la vida intrauterina, a la
organización emocional y mental. Requiere además, una estructura genética
adecuada y la satisfacción de los requerimientos básicos para el ser humano a
nivel biológico y psicoafectivo.
Por su parte, la Consejería
de Salud y Familias de la Junta de Andalucía ha desarrollado una plataforma
denominada UNA VENTANA ABIERTA A LA FAMILIA destinada
a apoyar y asesorar a padres y madres en la crianza infantil, favoreciendo su
confianza y eficacia en los cuidados y en la estimulación para el desarrollo
saludable y el bienestar de sus hijos.
Existe además un apartado llamado guías para cada edad donde se recogen boletines de información
dirigidos a padres y madres sobre distintos aspectos del desarrollo infantil según las etapas del crecimiento a partir del
primer mes. Estos consejos y recomendaciones abordan temas relacionados con lactancia
materna, alimentación infantil, prevención de accidentes en el hogar, promoción
de la actividad física, entre otros.
¿Qué objetivos persigue la Atención Temprana?
Como ya se ha comentado, los objetivos
generales de la AT son la
intervención directa al menor, la atención a su familia y su entorno. Esta actuación
sobre el niño será integral y estará encaminada a potenciar la capacidad de desarrollo, evitando o
minimizando el agravamiento de una posible deficiencia.
Los principales objetivos son:
- Considerar al niño como un sujeto activo de la intervención.
- Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el conjunto global del desarrollo del niño.
- Evitar o reducir la aparición de efectos secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
- Posibilitar de la forma más completa su integración en el medio familiar, educativo y social, favoreciendo su autonomía personal.
- Introducir los mecanismos necesarios de compensación, eliminación de barreras y adaptación a las necesidades específicas.
- Atender las necesidades y demandas de la familia y del entorno en el que vive el menor.
¿Quiénes son los destinatarios de la Atención
Temprana?
Las intervenciones en AT van dirigidas a niños de riesgo biológico, psicológico y social.
Asimismo, a menores con trastornos en el desarrollo descritos en la
Organización Diagnóstica para la Atención Temprana - ODAT:
Trastornos en el
desarrollo motor y psicomotor. Retrasos evolutivos y trastornos en el
desarrollo cognitivo. Trastornos en el desarrollo de la comunicación y del
lenguaje. Trastornos del espectro autista. Trastornos sensoriales.
Plurideficiencias. Otros.
Niveles de intervención en Atención Temprana:
En
el ámbito de la intervención existen
tres niveles claramente diferenciados como son la prevención primaria,
secundaria y terciaria, siendo esta última la que se ejecuta en los Centros
de Atención Infantil Temprana (CAITs)
y requiere la actuación específica del equipo de AT.
La prevención primaria
es el conjunto de actuaciones preventivas en la población general en edad
fértil, así como sobre progenitores y entorno, que tienen como objetivo evitar
la aparición de factores de riesgo que pueden afectar el normal desarrollo del
niño, tanto en el periodo gestacional como tras el nacimiento.
Prevención
primaria = Actuaciones dirigidas a toda la población.
La prevención secundaria
en cambio, se refiere al conjunto de actuaciones sobre el niño,
progenitores y entorno, que tiene como objetivo detectar de manera precoz
enfermedades, trastornos o situaciones de riesgo que puedan afectar su
desarrollo.
Prevención secundaria = Detección precoz.
Por último, la prevención terciaria es el conjunto de actuaciones preventivas y
asistenciales sobre los menores que presentan trastornos en su desarrollo,
sobre sus familiares y su entorno, orientadas a potenciar su capacidad de
desarrollo y bienestar, posibilitando su integración en el medio familiar,
escolar y social, así como su autonomía personal de la forma más completa
posible.
Prevención terciaria = Intervención propiamente dicha en los CAITs.
El
acceso al Centro de
Atención Infantil Temprana se produce a través de las Unidades de Atención Infantil Temprana que constituyen el primer
nivel de atención especializada tras la derivación del pediatra de Atención
Primaria y ante la sospecha de trastorno o riesgo de padecer un trastorno del
desarrollo.
Los
CAITs son servicios autónomos, gratuitos, interdisciplinarios,
participativos, descentralizados y sectorizados. Están presentes
en todas las Comunidades Autónomas, aunque con distintas denominaciones e incluidos en el nivel de prevención terciaria donde se materializa la actuación del
equipo técnico de
atención temprana.
Características de la intervención en primera
infancia:
La
intervención con el menor se realizará lo más precozmente posible y será
individualizada, globalizada con
un enfoque personalizado a cada niño y familia. Ello supone respetar el ritmo
propio de cada menor, no forzarlo ni sobre-estimularlo y adaptar el programa a
las necesidades cambiantes. Dicho programa se llevará a
cabo en sesiones individuales con la participación de los padres que
participarán y observarán de forma directa el trabajo del terapeuta, con el
propósito que pueda ser replicado en el hogar con posterioridad.
La intervención abarcará las características propias de cada individuo e
incorporará tanto los aspectos psicomotores,
sensoriales y perceptivos, cognitivos, comunicativos, afectivos y sociales,
como los aspectos relacionados con su entorno, donde se sitúan la familia, la
escuela y la sociedad. Periódicamente se revisará el nivel evolutivo y el
programa de intervención de cada niño, considerando que cada logro u objetivo adquirido
es un paso para iniciar el siguiente.
No
es conveniente separar o dividir a los profesionales que evalúan de los que
intervienen, por tanto, los integrantes del equipo de AT deben participar en la valoración,
intervención y evaluación de cada usuario que acude al CAIT.
Objetivos
generales de la intervención:
- Desarrollar todas sus capacidades respetando su propio ritmo.
- Prevenir la aparición de trastornos secundarios o asociados al déficit.
- Facilitar la adquisición de habilidades adaptativas.
- Contribuir a su desarrollo social, afectivo y emocional, potenciando su autoestima.
- Normalizar el curso del desarrollo en la medida de sus características y posibilidades.
- Favorecer su integración familiar, educativa y social, ayudándole a alcanzar el máximo grado de autonomía.
- Proporcionar al niño un ambiente lo más estimulante y rico posible, partiendo siempre de su entorno natural (familia, escuela, barrio…).
Tipos de equipo:
En
la definición del Libro Blanco de la
Atención Temprana citada al inicio del presente artículo, se hace
referencia al tipo de equipo, es decir, si es un equipo interdisciplinar o
transdisciplinar el encargado de planificar y ejecutar la intervención del niño.
Esta diferencia entre la orientación de los componentes del equipo va a
condicionar la modalidad de intervención que reciba el menor.
El equipo interdisciplinario es aquel
constituido por profesionales de diferentes disciplinas (psicología,
fisioterapia, logopedia…) que comparten la información, toman decisiones y
fijan los objetivos de trabajo para cada usuario del CAIT. En el equipo transdisciplinario, en cambio,
sus componentes adquieren conocimientos de otras profesiones relacionadas y los
incorporan a su práctica diaria.
En
la actualidad, en los Centros de Atención Infantil Temprana la práctica recomendada y compartida
por la mayoría de los terapeutas es la del equipo
transdisciplinar. En éste, un único miembro es el profesional de referencia que asume la responsabilidad de la
intervención del menor y también, en la mayoría de los casos, el contacto
directo con la familia. Sin embargo, ciertos niños por sus características y
diagnóstico pueden requerir el abordaje conjunto de 2 o más terapeutas, los que
se sumarían al profesional de referencia antes mencionado.
En cualquier caso, será el equipo interdisciplinario o
transdisciplinario el encargado de intervenir al menor a través de
diferentes actividades de estimulación dirigidas a potenciar todas las áreas
del desarrollo y teniendo siempre en cuenta su globalidad.
Funciones del logopeda:
Quisiera
aclarar que únicamente me voy a referir a mi experiencia como logopeda en CAITs de Andalucía donde he
tenido la oportunidad de integrar grupos de trabajo con otros profesionales
sanitarios.
Con carácter general, las funciones del logopeda son
participar de la elaboración, ejecución, supervisión y
evaluación de los programas de intervención dirigidos al menor, familia y
entorno. Además de estas responsabilidades generales, tendrá las siguientes tareas particulares:
- Participará en programas de prevención primaria y detección.
- Se coordinará con los recursos del entorno (escuelas, contacto con especialistas…).
- Derivará los casos que lo precisen a los servicios adecuados.
- Participará en reuniones de coordinación con el equipo técnico del CAIT.
- Elaborará documentación y material específico para la intervención dirigida al niño, familia y entorno.
- Registrará los datos y las consultas realizadas en el Sistema de Información de Atención Temprana ALBORADA*.
En síntesis, la labor del logopeda en
un centro de
atención temprana estará vinculada en todo momento a
la tríada formada por el niño, su familia y el entorno.
Desarrollo de una sesión:
La/el logopeda deberá prever los recursos
terapéuticos que pueda necesitar para estimular de forma adecuada a su paciente
a lo largo de la sesión.
Si bien es cierto que con menores es habitual cambiar la dirección de la
terapia e improvisar, es preciso preparar con antelación los materiales de
trabajo para abordar los diferentes objetivos del programa.
Motivar a cada niño durante toda la terapia exige
conocimiento y experiencia, misión que el profesional pondrá en práctica para
conseguir los resultados deseados.
Se trata en definitiva de ejecutar la programación diseñada para ese
usuario en particular, apelando a lo
lúdico, con actividades motivadoras y placenteras dirigidas a todas las áreas
del desarrollo.
Los niños que en sesión mantienen un fuerte vínculo
afectivo con el familiar que los acompaña al CAIT, generalmente la madre o el
padre, suelen trabajar mejor con sus progenitores. En estos casos, se instruye al familiar para que
aplique y desarrolle los objetivos específicos en sesión bajo la supervisión
del profesional que va acompañando y guiando toda la actividad. El hecho de orientar y motivar a la familia en la
aplicación del programa de tratamiento tiene por objetivo añadido el garantizar
su continuidad en el hogar, reforzando de este modo su confianza y autonomía.
En la práctica clínica comprobamos que en la mayoría
de los casos los menores que acuden al CAIT y posteriormente refuerzan en casa
diariamente los objetivos trabajados, tienen una evolución más favorable comparada
con el resto.
Es bien sabido que en AT trabajamos con la familia que asiste de forma total o parcial al
desarrollo de la sesión. Sin embargo, algunos niños por diferentes motivos no
colaboran en presencia de un familiar dificultando o impidiendo la
intervención. En estos casos es habitual utilizar los recursos como el espejo
unidireccional o la cámara de Gesell,
que permiten a la familia observar el desarrollo de la sesión desde una sala
contigua sin ser visto por el menor, facilitando así el trabajo del logopeda.
En mi experiencia personal, la intervención de
población infantil y juvenil ha estado presente en mi camino desde los primeros
años de ejercicio profesional hasta la actualidad. He
integrado equipos
interdisciplinarios
y transdisciplinarios de trabajo con profesionales pertenecientes a las áreas de
fisioterapia, terapia ocupacional, psicología, psicopedagogía, trabajo social,
pediatría, neurología, entre otros.
Como logopeda de un CAIT tuve la
oportunidad de intervenir diversidad de casos habituales en la práctica diaria,
como por ejemplo, cromosomopatías, prematuridad, Trastornos del Espectro
Autista (TEA), Parálisis Cerebral (PC), Trastorno Específico del Lenguaje
(TEL), hipoacusias, disfluencias… trabajando con familias en riesgo de
exclusión social, inmigrantes, etc. y en coordinación con los centros sanitarios, educativos y sociales.
En
todos los casos donde el grupo destinatario pertenecía a primera infancia (0 a
6 años), existía un mismo denominador común, el trabajo personalizado con el
niño desde un
enfoque
holístico y la
participación activa del núcleo familiar, en permanente coordinación con el
entorno.
El rol de la familia:
Una parte importantísima de la terapia logopédica es
la orientación, el apoyo y la
información que ofrecemos a la familia y al menor que tratamos, siempre
dependiendo de su edad.
Está demostrado que una persona adecuadamente
informada colabora más y mejor siendo un punto a favor que suma en todo el
proceso terapéutico. Por este motivo, es fundamental implicar a toda la familia para que entienda la problemática de su hijo y
apoye el trabajo de los profesionales del CAIT, generalizando así los aprendizajes
al resto de ambientes.
En este sentido, a lo largo de toda la intervención estarán
presentes la
madre, el padre o ambos participando de forma activa en las
sesiones,
involucrándose y comprendiendo la dinámica de trabajo para que continúen en el
hogar y con total autonomía las actividades iniciadas en el centro.
Se trata en definitiva de apostar
por el empoderamiento de la familia, dotando a
los padres y a las madres del conocimiento y los
recursos necesarios para que puedan actuar de forma eficiente ante las
necesidades especiales de su hija o hijo.
Actuaciones con la familia (prevención terciaria):
- Los padres serán considerados agentes o sujetos activos de la intervención, por tanto, se les permitirá la participación en la toma de decisiones y su implicación en todo el proceso terapéutico.
- Serán informados, orientados y apoyados para entender las posibilidades de su hijo y los recursos disponibles.
- Se les facilitará el proceso de aceptación del niño y se les ayudará a afrontar las situaciones de estrés teniendo en cuenta a todos los miembros de la estructura familiar.
- Se fomentará una adecuada relación afectiva entre padres e hijo, ayudando al establecimiento de apegos seguros.
- Se favorecerá que el contexto familiar sea rico en estímulos, integrando las actividades específicas que se tengan que desarrollar con el niño dentro de las actividades de la vida diaria.
- Se fomentarán sus propias habilidades y competencias que les ayuden a desarrollar la confianza necesaria para responsabilizarse e implicarse en el aporte de los medios adecuados para conseguir el desarrollo integral del menor.
Actuaciones en el entorno (prevención terciaria):
- Para el desarrollo global del niño es necesaria la integración en el medio en el que se desenvuelve, particularmente la relación con su grupo de iguales.
- Se buscará el mayor grado de integración social posible y en un contexto lo más normalizado que se pueda conseguir, creando o adaptando los recursos a las posibilidades del menor, familia y ámbito social.
- La colaboración de los servicios sociales comunitarios con los equipos de AT es fundamental, para que estos profesionales orienten oportunamente al niño y familia sobre los recursos que facilitan la adaptación al entorno, incluyendo el acceso a actividades deportivas y lúdicas, así como sobre los servicios de respiro familiar.
Dentro
de las actuaciones que se realizan en el entorno, se encuentran las actividades de coordinación en todas
sus modalidades (presenciales, telefónicas…) esenciales en el trabajo con
menores a fin de sensibilizar al conjunto de la sociedad. En este sentido, es
muy importante mantener un estrecho
diálogo con los especialistas médicos como así también, con los centros escolares, especialmente con
tutores, maestros de audición y lenguaje y educación especial. De igual modo,
es clave la coordinación con los equipos
de orientación educativa, trabajo social y otros profesionales que tienen relación directa con los usuarios del CAIT.
Personalmente
considero que solo coordinando las actuaciones de todos los profesionales
implicados en el desarrollo integral del niño, se logrará la consecución de los
objetivos establecidos para cada caso en particular.
Para terminar, quisiera compartir la definición que
propuso el grupo de expertos reunidos
por la Comisión Europea (Soriano, 2005)1 citado en La Visión de
los Profesionales (GAT,
2018).
La Atención Temprana es un conjunto de
intervenciones para niños pequeños y sus familias, ofrecida previa petición, en
un determinado momento de la vida de un niño, que abarca cualquier acción
realizada cuando un niño necesita un apoyo especial para:
Asegurar
y mejorar su evolución personal, reforzar
las propias competencias de la familia y fomentar
la inclusión social de la familia y el niño.
Estas acciones deben ofrecerse en el entorno natural
del niño, preferentemente cerca de su domicilio, bajo un enfoque de trabajo en
equipo, multidimensional y orientado a las familias.
* El Sistema de Información de
Atención Temprana ALBORADA, es un Sistema de Gestión perteneciente a la
Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, que tiene como objetivo ser la herramienta que facilite la
coordinación de todos los actores que intervienen en el seguimiento del menor
con trastornos del desarrollo o riesgo de padecerlos y sus familias.
Para asegurar la
coordinación el Sistema será utilizado por profesionales del Sistema Sanitario
Público de Andalucía, profesionales de los Centros de Atención Infantil
Temprana y figuras de coordinación ubicadas en las Delegaciones Provinciales de
Salud y Educación.
1- Soriano, V. (2005). Atención temprana en Europa. Aspectos clave y recomendaciones. EADSNE.
FUENTES
CONSULTADAS:
- Federación Española de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana (GAT). Real Patronato sobre Discapacidad (2000). LIBRO BLANCO DE LA ATENCIÓN TEMPRANA. Descargar en PDF, accesible en: http://gat-atenciontemprana.org/recursos/
- Asociación Interprofesional de Atención Temprana de Andalucía (ATAI). Publicaciones: GUÍA DEL DESARROLLO INFANTIL DESDE EL NACIMIENTO A LOS 6 AÑOS (GAT). Descargar en PDF, accesible en: https://atenciontemprana-atai.es/recursos-atencion-temprana
- Ventana abierta a la familia: crianza, salud y bienestar infantil. Consejería de Salud y Consumo, Junta de Andalucía: https://www.ventanafamilias.es/
- Procesos Asistenciales Integrados (PAI) de Atención Temprana, Junta de Andalucía: Seguimiento recién nacido de riesgo. Trastornos del desarrollo con discapacidad intelectual. Trastornos del desarrollo con discapacidad motora. Trastornos del espectro autista. Trastornos sensoriales. Accesibles para su descarga en: https://www.juntadeandalucia.es/organismos/saludyconsumo/areas/calidad/pai.html