La Asociación
Española de Logopedia, Foniatría y Audiología (AELFA) define de este modo el
concepto de logopedia:
“La logopedia es la disciplina que engloba el estudio, prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana, manifestados a través de patologías y alteraciones en la voz, el habla, el lenguaje (oral, escrito y gestual), la audición y las funciones orofaciales, tanto en población infantil como adulta”.
¿Cuándo acudir al logopeda?
Cuándo efectuar la consulta logopédica sigue siendo
una incógnita en la actualidad para un amplio sector de la sociedad. Gracias a
las campañas de sensibilización e información emprendidas por los diferentes Colegios de Logopedas y las Guías de apoyo
dirigidas a pediatras y médicos de atención primaria, encaminadas a la
derivación de pacientes dentro del ámbito sanitario, dicha situación afortunadamente
está comenzando a revertirse concretamente en España.
Con
carácter general, la población susceptible de recibir tratamiento logopédico
puede presentar los siguientes diagnósticos:
TRASTORNOS
EN EL ÁMBITO INFANTIL:
- Dislalia.
- Disartria.
- Disglosia.
- Deglución atípica.
- Respiración bucal.
- Parálisis cerebral.
- Deficiencia auditiva.
- Disfluencia (tartamudez).
- Retraso madurativo del lenguaje.
- Trastornos del espectro autista (TEA).
- Síndrome de Down y otros síndromes.
- Trastorno específico del lenguaje (TEL).
- Adquisición del lenguaje tras un implante coclear.
- Trastornos de la voz: disfonías infantiles y puberales.
- Dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura.
- Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
- Trastornos de la resonancia: hipernasalidad o hiponasalidad.
- Hábitos lesivos: succión digital, prolongación del uso del chupete y/o biberón, etc.
TRASTORNOS EN ADULTOS:
- Disfagia orofaríngea.
- Alteraciones en la fluidez verbal.
- Trastornos en la articulación de los sonidos del habla.
- Alteraciones de la función respiratoria: tipo y modo respiratorio.
- Trastornos vocales: disfonías funcionales, orgánicas y mixtas (orgánicofuncionales).
- Secuelas de accidente cerebrovascular que incidan en la producción y/o la comprensión del lenguaje.
- Enfermedades neurológicas y degenerativas que afecten la comunicación y las funciones orofaciales: enfermedad de Parkinson, Alzheimer, Esclerosis Múltiple, Esclerosis Lateral Amiotrófica, etc.
Estos dos listados reflejan los trastornos más representativos del
quehacer del logopeda
con los niños, adolescentes, adultos y la población de la
tercera edad.
Por las múltiples áreas que abarca esta profesión, la figura del logopeda es habitualmente solicitada para integrar equipos interdisciplinarios
en aquellos diagnósticos que requieren tratamiento conjunto, con especialistas
de la medicina y la rehabilitación.
Es probable que los trastornos antes mencionados sean definidos con términos similares, los que dependerán de la expresión comúnmente utilizada por la población de cada nación o la bibliografía que se consulte. Asimismo, el profesional que ejerce las funciones propias de la logopedia recibe diferentes denominaciones, éstas varían según el plan de estudios de la carrera universitaria existente en cada país que le otorga su titulación propia (licenciatura, diplomatura, etc.).
Es probable que los trastornos antes mencionados sean definidos con términos similares, los que dependerán de la expresión comúnmente utilizada por la población de cada nación o la bibliografía que se consulte. Asimismo, el profesional que ejerce las funciones propias de la logopedia recibe diferentes denominaciones, éstas varían según el plan de estudios de la carrera universitaria existente en cada país que le otorga su titulación propia (licenciatura, diplomatura, etc.).
Sin embargo, existe un consenso entre los terapeutas en
cuanto a la prevención y el tratamiento precoz, motivo por el cual se sugiere acudir
al logopeda frente a la sospecha o detección de una alteración
vinculada al área de la comunicación (en niños, jóvenes o adultos). En tales
circunstancias, el profesional orientará y asesorará a la familia o al presunto
paciente, iniciando una intervención si es el caso o reconduciéndolo al
especialista apropiado: ORL, neurólogo, ortodoncista, etc.
Es bien sabido que demorar la primera entrevista o permanecer inactivos, puede agravar los síntomas y causar daños irreversibles en numerosos cuadros clínicos, especialmente infantiles.
A
continuación se describen brevemente algunas de las patologías citadas con
anterioridad, ya que son diagnósticos habituales en la práctica diaria:
DISFAGIA:
El término disfagia se refiere a una alteración de la función deglutoria que
puede manifestarse en cualquier lugar del recorrido del bolo alimenticio: desde
la boca hasta el estómago. Este trastorno se caracteriza por una dificultad o
disconfort para desplazar el bolo, el que puede ocurrir desde la fase preparatoria oral hasta la fase esofágica de la deglución. Esta
dificultad para tragar los líquidos, semisólidos y/o sólidos constituye un
síntoma de una determinada enfermedad y puede observarse en individuos de todas
las edades, es decir, desde pacientes pediátricos hasta ancianos.
Las consecuencias de la disfagia son variadas y muy
importantes para la salud, tales como deshidratación, malnutrición, aspiración,
etc. La etiología de la disfagia se vincula con alteraciones congénitas,
estructurales (boca, faringe o esófago), diversas enfermedades presentes en la
tercera edad (neurodegenerativas, cerebrovasculares, etc.), entre otras
múltiples causas. La detección de los síntomas de disfagia y el tratamiento
precoz o preventivo serán cruciales para evitar futuras complicaciones, las que
incidirán de forma proporcional en la salud general y calidad de vida de la
persona.
DISFLUENCIA - TARTAMUDEZ:
La tartamudez es un trastorno de la fluidez del habla representado
por una expresión verbal interrumpida en su ritmo, de un modo más o menos
brusco. Por tratarse de una alteración en la fluidez verbal, actualmente se la
denomina también disfluencia y se la considera fisiológica entre los 2-3 años
de edad aproximadamente. Las alteraciones más significativas de la disfluencia consisten
en repeticiones de sonidos, sílabas, palabras y frases, así como la
prolongación de sonidos, bloqueos o segmentación de palabras.
La disfluencia puede aparecer en cualquier momento
del desarrollo, sin embargo, es entre los 2 ½ y los 4 años cuando se manifiesta
con más frecuencia. Estas dificultades tienen una clara tendencia a remitir sin
intervención profesional y es conveniente que la familia mantenga una actitud
adecuada que favorezca el habla fluida del niño. No obstante, la derivación
precoz para que se realice una valoración del caso es un requisito ineludible,
porque está demostrado que cuando se interviene con rapidez aumenta
significativamente la probabilidad de recuperación.
DISGLOSIA:
La disglosia es un trastorno del habla debido a causas esquelético/estructurales
de los órganos fonoarticulatorios, de origen congénito o adquirido. Se trata de
una alteración de tipo orgánica (malformación, anomalía) que afecta a los
órganos fonoarticuladores: lengua, labios, arcadas dentarias, paladar óseo, velo
del paladar o maxilares. Dentro de los factores etiológicos pueden mencionarse
las alteraciones en la mordida, anquiloglosia o un frenillo lingual corto,
diastemas, macroglosia, paladar alto y estrecho, etc.
Una
de las anomalías congénitas más frecuentes que repercuten de manera
significativa en el habla es la fisura de labio y/o paladar. Los pacientes con
fisura labio-palatina requieren una intervención precoz la que dependerá de las
características de la lesión, además de un oportuno asesoramiento y orientación
familiar durante el tratamiento. Es conveniente que el abordaje logopédico sea previo
y posterior a la cirugía, en coordinación y continuo intercambio con el equipo
médico-quirúrgico.
DISFONÍA:
La disfonía es una alteración vocal en la que se encuentran
comprometidos uno o varios parámetros acústicos de la voz, es decir, la altura
tonal, la intensidad, el timbre y la flexibilidad (entre la altura y la
intensidad). Este trastorno laríngeo puede ser de origen orgánico, funcional o
mixto (orgánico-funcional), afectando según el diagnóstico a personas de todas
las edades.
La disfonía es un síntoma que representa una dificultad en la emisión vocal, la que imposibilita una producción normal o eufónica de la voz. Esta alteración de la función fonatoria tiene diversos factores causales como así también, una sintomatología característica, temas que fueron descriptos en LA DISFONÍA: ETIOLOGÍA Y SINTOMATOLOGÍA, se sugiere al lector consultar el artículo.
La disfonía es un síntoma que representa una dificultad en la emisión vocal, la que imposibilita una producción normal o eufónica de la voz. Esta alteración de la función fonatoria tiene diversos factores causales como así también, una sintomatología característica, temas que fueron descriptos en LA DISFONÍA: ETIOLOGÍA Y SINTOMATOLOGÍA, se sugiere al lector consultar el artículo.
QUISTES EN
AMBAS CUERDAS VOCALES
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Lesiones de la laringe: Los quistes vocales pueden ser unilaterales o bilaterales, congénitos (desde el nacimiento) o adquiridos y por varios factores causales. La videoestroboscopia es la herramienta utilizada por los otorrinolaringólogos para diagnosticar estas lesiones, ya que pueden confundirse con nódulos cordales si éstos son simétricos.
Se presentan en adultos y también durante la infancia, con síntomas que en los niños se mantienen en el tiempo ya que el tratamiento suele ser quirúrgico en la mayoría de los casos, con terapia vocal posterior. La disfonía es considerable especialmente en los quistes adquiridos que son unilaterales y de superficie lisa, denominados quistes de retención o inclusión dependiendo del factor etiológico.
Los quistes congénitos se observan en ambas cuerdas vocales y formarían parte del grupo de las denominadas disfonías orgánicas. Imagen de quiste vocal bilateral perteneciente a la web del ORL Dr. Cobeta I.
LA PREVENCIÓN:
En líneas generales, en la
mayoría de los cuadros clínicos se impone la necesidad de prevenir y actuar precozmente,
en especial con la población infantil y juvenil. Recordemos que los trastornos
que atiende el logopeda se manifiestan en todos
los estadios de la vida y pueden ser congénitos (desde el nacimiento), del
desarrollo o adquiridos.
La intervención logopédica iniciada a tiempo durante la niñez, evitará la pérdida de la plasticidad de los órganos fonadores, el afianzamiento de las alteraciones y los efectos secundarios ligados al problema inicial. Dicho en otras palabras, la secuencia ideal tanto en niños como en adultos sería la siguiente: detección temprana, valoración, diagnóstico e intervención si amerita el caso en cuestión.
La intervención logopédica iniciada a tiempo durante la niñez, evitará la pérdida de la plasticidad de los órganos fonadores, el afianzamiento de las alteraciones y los efectos secundarios ligados al problema inicial. Dicho en otras palabras, la secuencia ideal tanto en niños como en adultos sería la siguiente: detección temprana, valoración, diagnóstico e intervención si amerita el caso en cuestión.
Uno de los factores
que con asiduidad retrasa la consulta es el
desconocimiento y por este motivo, ciertas familias acuden cuando es
demasiado tarde para revertir totalmente la sintomatología que presenta el
paciente. Solicitar una primera entrevista o acceder a un diagnóstico
logopédico no es vinculante con el tratamiento, no obstante, cuanto antes se
intervenga más probabilidades habrá de corregir o rehabilitar el trastorno
orgánico o funcional existente.
SABEMOS QUE LA EDUCACIÓN, LA COORDINACIÓN
INTERDISCIPLINARIA Y
EL TRABAJO EN EQUIPO CON LA FAMILIA Y LA ESCUELA, SON
ACCIONES QUE BENEFICIAN AL PACIENTE Y PERMITE A LOS PROFESIONALES
INTERVINIENTES
UNA REALIMENTACIÓN PARA UN MEJOR ENFOQUE TERAPÉUTICO.
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