martes, 9 de abril de 2013

LOGOPEDIA: “PREGUNTAS FRECUENTES”

La Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología (AELFA) define de este modo el concepto de logopedia:
“La logopedia es la disciplina que engloba el estudio, prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación humana, manifestados a través de patologías y alteraciones en la voz, el habla, el lenguaje (oral, escrito y gestual), la audición y las funciones orofaciales, tanto en población infantil como adulta”.

¿Cuándo acudir al logopeda?

Cuándo efectuar la consulta logopédica sigue siendo una incógnita en la actualidad para un amplio sector de la sociedad. Gracias a las campañas de sensibilización e información emprendidas por los diferentes Colegios de Logopedas y las Guías de apoyo dirigidas a pediatras y médicos de atención primaria, encaminadas a la derivación de pacientes dentro del ámbito sanitario, dicha situación afortunadamente está comenzando a revertirse concretamente en España.

Con carácter general, la población susceptible de recibir tratamiento logopédico puede presentar los siguientes diagnósticos:

TRASTORNOS EN EL ÁMBITO INFANTIL:
  • Dislalia.
  • Disartria.
  • Disglosia.
  • Deglución atípica.
  • Respiración bucal.
  • Parálisis cerebral.
  • Deficiencia auditiva.
  • Disfluencia (tartamudez).
  • Retraso madurativo del lenguaje.
  • Trastornos del espectro autista (TEA).
  • Síndrome de Down y otros síndromes.
  • Trastorno específico del lenguaje (TEL).
  • Adquisición del lenguaje tras un implante coclear.
  • Trastornos de la voz: disfonías infantiles y puberales.
  • Dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura.
  • Trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
  • Trastornos de la resonancia: hipernasalidad o hiponasalidad.
  • Hábitos lesivos: succión digital, prolongación del uso del chupete y/o biberón, etc.

TRASTORNOS EN ADULTOS:
  • Disfagia orofaríngea.
  • Alteraciones en la fluidez verbal.
  • Trastornos en la articulación de los sonidos del habla.
  • Alteraciones de la función respiratoria: tipo y modo respiratorio.
  • Trastornos vocales: disfonías funcionales, orgánicas y mixtas (orgánicofuncionales).
  • Secuelas de accidente cerebrovascular que incidan en la producción y/o la comprensión del lenguaje.
  • Enfermedades neurológicas y degenerativas que afecten la comunicación y las funciones orofaciales: enfermedad de Parkinson, Alzheimer, Esclerosis Múltiple, Esclerosis Lateral Amiotrófica, etc.

Estos dos listados reflejan los trastornos más representativos del quehacer del logopeda
con los niños, adolescentes, adultos y la población de la tercera edad.

Por las múltiples áreas que abarca esta profesión, la figura del logopeda es habitualmente solicitada para integrar equipos interdisciplinarios en aquellos diagnósticos que requieren tratamiento conjunto, con especialistas de la medicina y la rehabilitación.

Es probable que los trastornos antes mencionados sean definidos con términos similares, los que dependerán de la expresión comúnmente utilizada por la población de cada nación o la bibliografía que se consulte. Asimismo, el profesional que ejerce las funciones propias de la logopedia recibe diferentes denominaciones, éstas varían según el plan de estudios de la carrera universitaria existente en cada país que le otorga su titulación propia (licenciatura, diplomatura, etc.).

Sin embargo, existe un consenso entre los terapeutas en cuanto a la prevención y el tratamiento precoz, motivo por el cual se sugiere acudir al logopeda frente a la sospecha o detección de una alteración vinculada al área de la comunicación (en niños, jóvenes o adultos). En tales circunstancias, el profesional orientará y asesorará a la familia o al presunto paciente, iniciando una intervención si es el caso o reconduciéndolo al especialista apropiado: ORL, neurólogo, ortodoncista, etc.
Es bien sabido que demorar la primera entrevista o permanecer inactivos, puede agravar los síntomas y causar daños irreversibles en numerosos cuadros clínicos, especialmente infantiles.
A continuación se describen brevemente algunas de las patologías citadas con anterioridad, ya que son diagnósticos habituales en la práctica diaria:

DISFAGIA:

El término disfagia se refiere a una alteración de la función deglutoria que puede manifestarse en cualquier lugar del recorrido del bolo alimenticio: desde la boca hasta el estómago. Este trastorno se caracteriza por una dificultad o disconfort para desplazar el bolo, el que puede ocurrir desde la fase preparatoria oral hasta la fase esofágica de la deglución. Esta dificultad para tragar los líquidos, semisólidos y/o sólidos constituye un síntoma de una determinada enfermedad y puede observarse en individuos de todas las edades, es decir, desde pacientes pediátricos hasta ancianos.

Las consecuencias de la disfagia son variadas y muy importantes para la salud, tales como deshidratación, malnutrición, aspiración, etc. La etiología de la disfagia se vincula con alteraciones congénitas, estructurales (boca, faringe o esófago), diversas enfermedades presentes en la tercera edad (neurodegenerativas, cerebrovasculares, etc.), entre otras múltiples causas. La detección de los síntomas de disfagia y el tratamiento precoz o preventivo serán cruciales para evitar futuras complicaciones, las que incidirán de forma proporcional en la salud general y calidad de vida de la persona.

DISFLUENCIA - TARTAMUDEZ:

La tartamudez es un trastorno de la fluidez del habla representado por una expresión verbal interrumpida en su ritmo, de un modo más o menos brusco. Por tratarse de una alteración en la fluidez verbal, actualmente se la denomina también disfluencia y se la considera fisiológica entre los 2-3 años de edad aproximadamente. Las alteraciones más significativas de la disfluencia consisten en repeticiones de sonidos, sílabas, palabras y frases, así como la prolongación de sonidos, bloqueos o segmentación de palabras.

La disfluencia puede aparecer en cualquier momento del desarrollo, sin embargo, es entre los 2 ½ y los 4 años cuando se manifiesta con más frecuencia. Estas dificultades tienen una clara tendencia a remitir sin intervención profesional y es conveniente que la familia mantenga una actitud adecuada que favorezca el habla fluida del niño. No obstante, la derivación precoz para que se realice una valoración del caso es un requisito ineludible, porque está demostrado que cuando se interviene con rapidez aumenta significativamente la probabilidad de recuperación.

DISGLOSIA:

La disglosia es un trastorno del habla debido a causas esquelético/estructurales de los órganos fonoarticulatorios, de origen congénito o adquirido. Se trata de una alteración de tipo orgánica (malformación, anomalía) que afecta a los órganos fonoarticuladores: lengua, labios, arcadas dentarias, paladar óseo, velo del paladar o maxilares. Dentro de los factores etiológicos pueden mencionarse las alteraciones en la mordida, anquiloglosia o un frenillo lingual corto, diastemas, macroglosia, paladar alto y estrecho, etc.

Una de las anomalías congénitas más frecuentes que repercuten de manera significativa en el habla es la fisura de labio y/o paladar. Los pacientes con fisura labio-palatina requieren una intervención precoz la que dependerá de las características de la lesión, además de un oportuno asesoramiento y orientación familiar durante el tratamiento. Es conveniente que el abordaje logopédico sea previo y posterior a la cirugía, en coordinación y continuo intercambio con el equipo médico-quirúrgico.

DISFONÍA:

La disfonía es una alteración vocal en la que se encuentran comprometidos uno o varios parámetros acústicos de la voz, es decir, la altura tonal, la intensidad, el timbre y la flexibilidad (entre la altura y la intensidad). Este trastorno laríngeo puede ser de origen orgánico, funcional o mixto (orgánico-funcional), afectando según el diagnóstico a personas de todas las edades.

La disfonía es un síntoma que representa una dificultad en la emisión vocal, la que imposibilita una producción normal o eufónica de la voz. Esta alteración de la función fonatoria tiene diversos factores causales como así también, una sintomatología característica, temas que fueron descriptos en LA DISFONÍA: ETIOLOGÍA Y SINTOMATOLOGÍA, se sugiere al lector consultar el artículo.

QUISTES EN AMBAS CUERDAS VOCALES

Lesiones de la laringe: Los quistes vocales pueden ser unilaterales o bilaterales, congénitos (desde el nacimiento) o adquiridos y por varios factores causales. La videoestroboscopia es la herramienta utilizada por los otorrinolaringólogos para diagnosticar estas lesiones, ya que pueden confundirse con nódulos cordales si éstos son simétricos. 
Se presentan en adultos y también durante la infancia, con síntomas que en los niños se mantienen en el tiempo ya que el tratamiento suele ser quirúrgico en la mayoría de los casos, con terapia vocal posterior. La disfonía es considerable especialmente en los quistes adquiridos que son unilaterales y de superficie lisa, denominados quistes de retención o inclusión dependiendo del factor etiológico. 
Los quistes congénitos se observan en ambas cuerdas vocales y formarían parte del grupo de las denominadas disfonías orgánicas. Imagen de quiste vocal bilateral perteneciente a la web del ORL Dr. Cobeta I.

LA PREVENCIÓN:

En líneas generales, en la mayoría de los cuadros clínicos se impone la necesidad de prevenir y actuar precozmente, en especial con la población infantil y juvenil. Recordemos que los trastornos que atiende el logopeda se manifiestan en todos los estadios de la vida y pueden ser congénitos (desde el nacimiento), del desarrollo o adquiridos.

La intervención logopédica iniciada a tiempo durante la niñez, evitará la pérdida de la plasticidad de los órganos fonadores, el afianzamiento de las alteraciones y los efectos secundarios ligados al problema inicial. Dicho en otras palabras, la secuencia ideal tanto en niños como en adultos sería la siguiente: detección temprana, valoración, diagnóstico e intervención si amerita el caso en cuestión.

Uno de los factores que con asiduidad retrasa la consulta es el desconocimiento y por este motivo, ciertas familias acuden cuando es demasiado tarde para revertir totalmente la sintomatología que presenta el paciente. Solicitar una primera entrevista o acceder a un diagnóstico logopédico no es vinculante con el tratamiento, no obstante, cuanto antes se intervenga más probabilidades habrá de corregir o rehabilitar el trastorno orgánico o funcional existente.


SABEMOS QUE LA EDUCACIÓN, LA COORDINACIÓN INTERDISCIPLINARIA Y
EL TRABAJO EN EQUIPO CON LA FAMILIA Y LA ESCUELA, SON ACCIONES QUE BENEFICIAN AL PACIENTE Y PERMITE A LOS PROFESIONALES INTERVINIENTES
UNA REALIMENTACIÓN PARA UN MEJOR ENFOQUE TERAPÉUTICO.



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