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lunes, 12 de diciembre de 2022

DÍA MUNDIAL DE LA DISFAGIA

El 12 de diciembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Disfagia. El objetivo esencial de esta fecha es dar a conocer un trastorno de la deglución que afecta a millones de personas en todo el mundo y que puede interferir en la calidad de vida de las personas que la sufren.

La disfagia es una patología que acompaña a enfermedades tan habituales en las consultas médicas como son las enfermedades cerebrovasculares, neurológicas y neurodegenerativas sin embargo, en la actualidad está infradiagnosticada. Algunos autores estiman que afecta a dos millones de españoles, de los cuales solo un 10 % está correctamente diagnosticado y tratado.

La disfagia afecta la calidad de vida y la autonomía, además de provocar complicaciones muy graves para la persona afectada siendo una importante causa de mortalidad. Por este motivo, su diagnóstico e intervención temprana es prioritaria.


¿Qué entendemos por disfagia?

La disfagia es la dificultad para deglutir cualquier sustancia líquida o sólida por afectación de una o más fases de la deglución

Puede clasificarse en disfagia alta (orofaríngea) o baja (esofágica) según dónde se localice la dificultad para tragar. Se trata de una patología muy común entre pacientes de edad avanzada, aunque puede afectar a personas de todas las edades.

La deglución tiene un papel clave en la alimentación del individuo y resulta la puerta de entrada a los procesos fisiológicos de digestión, absorción y transformación de los nutrientes.

La deglución normal debe cumplir dos principios: eficacia (ingesta del agua y los nutrientes necesarios para una correcta hidratación y nutrición) y seguridad (sin complicaciones respiratorias). La disfagia es considerada como un síntoma de alarma y exige una correcta investigación de su causa.


¿Cuáles son las causas de la disfagia?

Son múltiples y variadas las causas y enfermedades que producen esta dificultad para tragar llamada disfagia, entre las que destacan:

Enfermedad de Alzheimer (EA), Enfermedad de Parkinson (EP), Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), Esclerosis Múltiple (EM), los accidentes cerebrovasculares, los traumatismos craneoencefálicos, pacientes que han recibido quimioterapia o radioterapia por tumores de cabeza y cuello, ancianos que viven en residencias geriátricas o ingresados en un hospital general, etc.


El envejecimiento por sí mismo no es causa de disfagia evidente clínicamente, aunque hay cambios asociados a la edad que afectan a todas las fases de la deglución:

Pérdida de dientes.

Prótesis móviles.

Menor producción de saliva.

Lesiones en la lengua o encías.

Atrofia de músculos masticatorios.

Sarcopenia o pérdida de masa muscular.


Complicaciones asociadas a la disfagia:

La disfagia es un síntoma de alarma que requiere una evaluación rápida para definir su causa exacta (estructural, funcional, orofaríngea, esofágica) e iniciar un tratamiento adecuado.

La importancia de su detección radica en la posibilidad de evitar las complicaciones que de la misma se derivan: malnutrición (disfagia a sólidos), deshidratación (disfagia a líquidos) y, en casos graves, neumonía como consecuencia de las aspiraciones broncopulmonares.

La mayoría de las personas que sufren disfagia tienen esa sensación de que el alimento o bebida “se les va por otro lado”. Pero en algunos casos la disfagia no presenta síntomas de atragantamiento, pudiendo producir lo que se conocen como aspiraciones silentes.

Es importante señalar que tragar líquidos es más complicado que ingerir alimentos sólidos ya que se esparcen por toda la boca y el sistema deglutorio tiene menos tiempo para prepararse.

El miedo de las personas al atragantamiento puede generar un rechazo a ciertos alimentos y bebidas que puede conducir a un estado de desnutrición y/o deshidratación.

La disfagia no sólo afecta a la persona que la padece, impacta también en los familiares y cuidadores estando presente en la población adulta y en la pediátrica.


Signos y síntomas de disfagia:

La sintomatología de la disfagia va a depender de la localización topográfica, es decir, según sea una disfagia orofaríngea (alta) o una disfagia esofágica (baja). Se describen a continuación algunas de las características clínicas y manifestaciones que acompañan a la disfagia:

Inadecuado cierre labial/babeo.

Aumento del tiempo deglutorio.

Dificultad para aclarar la cavidad oral.

Falta de aire o fatiga durante las comidas.

Incremento de secreciones durante las comidas.

Atragantamiento y/o tos durante o después de las comidas.

Dificultad para mantener los alimentos o la saliva en la boca.

Cambios en la voz/voz nasal.

Regurgitación nasal.

Rechazo a los alimentos/pérdida de peso.

Fiebre e infecciones respiratorias recurrentes.


¿Cómo se trata la disfagia?

El abordaje de la disfagia es multidisciplinar e implica a profesionales de diferentes servicios: Endocrinología y Nutrición, Otorrinolaringología, Rehabilitación, Logopedia, etc. La actuación de cada uno de ellos es clave para la adaptación del paciente, la recuperación y normalización de su rutina diaria. La causa de la disfagia es un importante factor a tener en cuenta al elegir el enfoque terapéutico.

Los principales objetivos en el tratamiento de los pacientes con disfagia van orientados a conseguir una deglución eficaz y segura disminuyendo el riesgo de complicaciones, especialmente respiratorias.

El tratamiento rehabilitador de la disfagia orofaríngea es competencia de la/el logopeda. Este profesional sanitario planificará una estrategia terapéutica individualizada acorde a la severidad de la disfagia de cada paciente.

La labor del logopeda es clave en la rehabilitación contribuyendo a que la deglución se realice en condiciones de seguridad y eficacia.

En la rehabilitación de la deglución destacan las técnicas compensatorias posturales, estrategias de incremento sensorial oral, praxias neuromusculares, modificación de las características del bolo alimentario (volumen y viscosidad) y las maniobras deglutorias específicas que requieren la colaboración del paciente.


ESPESANTES:

¿Qué son y para qué sirven?

Los espesantes son los grandes aliados en la hidratación y alimentación de las personas con disfagia. Son macromoléculas que nos permiten modificar la viscosidad de los líquidos y hacer más estables algunos alimentos sólidos.

Los espesantes son utilizados tanto en la cocina, como por la industria alimentaria para espesar y estabilizar muchos alimentos y recetas culinarias, se agregan a las bebidas para ralentizar la velocidad de flujo del bolo durante la deglución.

Los espesantes de segunda generación se componen exclusivamente de gomas y, en algún caso, pueden contener una pequeña cantidad de almidón modificado. Se diferencian de los de primera generación en que se necesitan menores concentraciones de producto para obtener la viscosidad deseada, son más estables en el tiempo y no dejan sabor ni color.

Los espesantes en polvo se pueden adquirir en farmacias con y sin receta médica, pudiendo ser utilizados para espesar diferentes bebidas como el agua, infusiones, leche, café, zumos… y ciertos alimentos como el yogur y los puré.

La adaptación de las texturas de los sólidos y la viscosidad de los líquidos se considera en la actualidad la intervención más sencilla, valiosa y con gran eficacia terapéutica ya que minimiza las aspiraciones. La reducción del volumen y el aumento de la viscosidad del bolo mejoran la seguridad, siendo la prevalencia de aspiraciones máxima con líquidos y disminuyendo con néctar, miel y pudin.


Recomendaciones para una deglución segura:

  • La persona deberá estar despierta y alerta a la hora de las comidas.
  • Buscar un entorno tranquilo y sin distracciones para que su atención esté puesta en la comida.
  • Los pacientes encamados deberán ser colocados en una postura de 60 o de 80 grados para comer.
  • Sedestación con caderas flexionadas a 90º.
  • Mantener sedestación durante 30 a 60 minutos tras las comidas.
  • Nunca utilizar pajitas ni jeringas para ingerir bebidas si no ha sido indicado por su terapeuta.
  • Comer tranquilamente y en pequeñas cantidades.
  • Esperar a que la boca se quede vacía antes de la siguiente cucharada y evitar las prisas.
  • Evitar hablar mientras se come.
  • Descansar entre bocados.
  • Evitar los alimentos considerados peligrosos y de riesgo.
  • Mantener una correcta higiene de la boca antes y después de las comidas.
  • Durante la alimentación de las personas con disfagia, posicionarse al mismo nivel o ligeramente por debajo del nivel de los ojos. Esto hará que sea más fácil para el paciente mantener su cabeza en la posición más adecuada. Cabeza inclinada hacia adelante con la barbilla ligeramente hacia abajo cuando trague.
  • Adecuar el menaje: uso de vasos de boca ancha o con ventana para evitar la extensión cervical.
  • Aliméntese por sí mismo siempre que pueda con la supervisión de un cuidador/a o familiar.


Atención a los alimentos considerados peligrosos:

Preparados de dobles texturas: sopa de pasta o verduras, lentejas, arroz caldoso, leche con cereales o galletas, panes de semillas o con frutas, etc.

Alimentos pegajosos: caramelos, chicles, pan de molde, bollería, etc.

Que se resbalan: mejillones, almejas, guisantes, uvas, etc.

Alimentos crujientes o duros: frutos secos, cereales, corteza de pan, etc.

Que se desmenuzan o fragmentan: tostadas, quesos secos, galletas de hojaldre, etc.

Alimentos que se derriten o deshacen en la boca: helados, gelatinas, etc.

Que desprenden jugo y/o agua al morderse: naranja, mandarina, sandía, melón, pera, etc.

Alimentos de riesgo que no forman un bolo cohesivo y compacto: arroz, legumbres, guisantes, etc.

Purés con grumos, pieles, hebras, huesos, espinas, etc.


Conclusiones:

La disfagia orofaríngea es un síntoma frecuente que acompaña a muchas enfermedades sobre todo neurológicas (agudas o crónicas), oncológicas (cáncer de cabeza y cuello) y también afecta a personas mayores de 85 años, preferentemente institucionalizados.

Este trastorno de la deglución obliga al paciente a realizar adaptaciones en su alimentación y a modificar la textura de los alimentos, la viscosidad y el volumen de los líquidos, según su grado de disfagia para conseguir que su deglución sea más segura y eficaz.

Recordemos que las funciones de la deglución normal son el aislamiento de la vía aérea (seguridad) y la nutrición/hidratación adecuada (eficacia). Aquellas personas con trastornos de la deglución (disfagia) van a necesitar una adaptación de la textura de los alimentos y bebidas para que la deglución se realice de manera segura y eficaz.

Los espesantes logran modificar la viscosidad de los líquidos mejorando la seguridad de la deglución. Actualmente se utilizan los de segunda generación que incorporan gomas con más beneficios.

Todas las medidas terapéuticas en disfagia orofaríngea tienen como objetivo final conseguir una alimentación por la vía oral eficaz (que permita alcanzar los requerimientos nutricionales y de hidratación) y segura (sin comprometer la vía aérea).

El diagnóstico y tratamiento de este trastorno de la deglución dependen del trabajo en equipo de un grupo multidisciplinario de profesionales formado por médicos, logopedas, dietistas… que incluya a cuidadores y la propia familia del paciente.


BIBLIOGRAFÍA

  1. Guía de Disfagia. Manejo de la disfagia en AP. SEMERGEN Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria. 2020. Disponible en: https://semergen.es/index.php?seccion=biblioteca&subSeccion=detalleDocumento&idD=671
  2. Álvarez Hernández J, Andrés Esteban LM, Ashbaugh Enguídanos RA, Atienza Sánchez E, (ed.). Disfagia orofaríngea: soluciones multidisciplinares. Con 36 recetas elaboradas en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias. 1.ª ed. Toledo. Grupo Aula Médica. 2018. Disponible en la página web del Hospital: https://www.comunidad.madrid/hospital/principeasturias/noticia/hospital-alcala-publica-manual-disfagia-orofaringea-soluciones-multidisciplinares
  3. Disfagia. Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología [Internet]. WGO; 2014. Disponible en: https://www.worldgastroenterology.org/guidelines/dysphagia/dysphagia-spanish
  4. Red Menni de Daño Cerebral. Guía para el manejo de la disfagia. Disponible en: https://dañocerebral.es/cuidar-en-casa-a-una-persona-con-disfagia/