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domingo, 17 de junio de 2012

LA RELAJACIÓN EN LA TERAPIA DE VOZ: EJERCICIOS

INTRODUCCIÓN:

La relajación realizada con fines terapéuticos constituye un auxilio en el entrenamiento vocal, cuyo objetivo primordial será ayudar a la persona a obtener un tono muscular óptimo para la fonación.

Si tenemos en cuenta que el mayor porcentaje de las disfonías poseen un componente de hiperfunción, será conveniente considerar diferentes técnicas que ayuden a normalizar el tono muscular laríngeo en aquellos trastornos que se caracterizan por un comportamiento de esfuerzo.

Esta hipertensión (tono muscular aumentado) se manifiesta a nivel de los músculos intrínsecos y extrínsecos de la laringe, generando al paciente una serie de molestias o dolores durante la fonación que son percibidas en diferentes zonas corporales, específicamente en cuello, hombros, faringe, laringe y mandíbula.

Los síntomas tensionales durante la producción vocal pueden ser audibles o visibles siendo los más frecuentes: ataque vocal duro, registro desplazado, intensidad aumentada, laringe elevada, rigidez en lengua y mandíbula, elevación de hombros, etc.

El consultante también, puede manifestar la siguiente sintomatología: dolor irradiado al oído, esternón o pecho, molestias al tragar, compresión en la zona de faringe y laringe, sobresalen venas del cuello o la frente durante la fonación, etc.

La relajación durante la terapia de voz se deberá comprender como la adquisición de un tono muscular apropiado y necesario para conseguir un proceso fonatorio eufónico (normal).


TÉCNICAS DE RELAJACIÓN:

La relajación empleada en la terapia vocal apunta a la disminución de la tensión muscular excesiva e innecesaria durante la fonación de forma consciente.

Durante el entrenamiento se suelen utilizar técnicas activas que persiguen la relajación a través del movimiento, en aquellas zonas vinculadas a la función vocal.

Se trata de una relajación dinámica y diferenciada por segmentos o zonas corporales que van a facilitar el control postural y muscular.

Esta relajación local y activa consta de una serie de movimientos que se efectúan con el cuello, hombros y los órganos que participan del proceso fonatorio: labios, lengua, paladar y mandíbula.

Se puede recurrir a la masoterapia (masaje con las manos) si las contracturas del cuello, hombros y faciales son intensas y antiguas, con el objetivo de ayudar al músculo aislado o al grupo muscular a su relajación.

La digitopuntura, vieja técnica oriental, es muy eficaz en este proceso realizada por manos expertas. También la fisioterapia ofrece distintos recursos en casos de contracturas dolorosas empleados por personal cualificado.

Farías (2007) se refiere a la relajación y coincide con Behlau (1995) en la evidencia de que un disfónico que abuse de su voz hablará mejor si está relajado, pero que la propuesta de técnicas de relajación global para tratar disfonías es simplista, inadecuada e ineficaz. La autora explica que la relajación que se busca no es absoluta sino un equilibrio de las tensiones musculares que intervendrán en el proceso de habla.


EL CONTROL MUSCULAR:

La producción normal (eufónica) de la voz no requiere de sobre-esfuerzos, ni tampoco de una relajación total de la musculatura corporal.

Behlau (1996) cita a Estill (1992) que se refiere a la fonación como un acto de gran trabajo muscular y de alto consumo energético, de ahí que hablar y relajar resultan incompatibles.

Una producción vocal equilibrada necesitará de la habilidad para dosificar el esfuerzo muscular de acuerdo a la intensidad y la frecuencia requerida, es decir, la persona deberá ser capaz de variar el esfuerzo para hablar en cada situación.

La relajación corporal no es una condición previa en la producción de la voz, sin embargo, cuando la tensión psicofísica alcanza la laringe será necesario reducir la hipertonía localizada, para conseguir de este modo un adecuado proceso fonatorio.

Las diferentes técnicas de relajación existentes, los masajes, la fisioterapia, etc., son paliativos del dolor, para evitar que el exceso de tensión y las contracturas reaparezcan será conveniente resolver el factor causal.

Igualmente, estarían recomendadas las actividades físicas moderadas, la natación, el yoga, etc., para contrarrestar los efectos del estrés, el descanso inadecuado y la vida agitada actual, factores que van a incidir de forma proporcional en la salud de la voz.

La tensión psicológica y la hipertonía muscular generalizada, crean una tendencia al desarrollo de estados hiperfuncionales de ciertas regiones del cuerpo, específicamente para la laringe. Una laringe hipertónica, también llamada laringe isométrica, produce una voz con flexibilidad dinámica limitada. Pero esto no significa que para obtener una buena voz haya que relajar toda la musculatura laríngea, sino permitir la instalación de una tonicidad adecuada para los grupos musculares en cuestión (Behlau, 1996).


RELAJACIÓN DEL CUELLO Y LOS HOMBROS:

Los ejercicios de relajación pueden variar, pero el objetivo final de todos es conseguir una vía vocal libre de excesiva tensión muscular y una laringe en la que dicho equilibrio permita la emisión eufónica de la voz.

Dentro de las diversas técnicas, la relajación diferencial es una de las más utilizadas porque aborda en concreto la parte del cuerpo o zona que esté más contraída y afecte a la normal producción vocal.

Luego de evaluar al paciente, la o el logopeda elegirá aquellos ejercicios o técnicas de relajación más apropiadas, considerando el diagnóstico, profesión, edad, etc.

Las nuevas pautas musculares se irán incorporando con la práctica y durante el tratamiento hasta transformarse en automatismos, encaminadas a reducir tensiones y uso muscular inadecuado durante la producción de la voz.

Los ejercicios se indican al paciente de la siguiente manera:


EJERCICIOS DE CUELLO:

En posición sentada y con la espalda recta realizar un movimiento de tipo pendular con la cabeza, previa inclinación del mentón sobre el pecho.

Efectuar un estiramiento lateral del cuello intentando acercar la oreja a un hombro, regresar al centro y repetir hacia el otro hombro.

Con la cabeza en diagonal hacia el hombro derecho, efectuar un balanceo lento hacia abajo y arriba varias veces como dibujando una línea diagonal con la nariz.

Igual al anterior, con la cabeza en diagonal hacia el hombro izquierdo.

Girar la cabeza hacia la derecha mirando por encima del hombro, mantener la posición durante 5 segundos y regresar al centro.

Igual al anterior, esta vez girando la cabeza hacia el lado contrario.

Inclinar la cabeza hacia el pecho, mantener la posición 5 segundos y luego llevar la cabeza hacia atrás lentamente, regresar al centro.


EJERCICIOS DE HOMBROS:

Elevar el hombro derecho y bajar, dejando caer el brazo.

Elevar el hombro izquierdo y bajar, dejando caer el brazo.

Elevamiento de hombros juntos, mantener arriba unos segundos y dejar caer ambos brazos.

Efectuar con ambos hombros un movimiento anteroposterior, sin elevar.

Repetir el ejercicio con cada hombro, manteniendo la columna recta y el cuello flojo.

Realizar una rotación completa con ambos hombros de adelante hacia atrás, lentamente.

Repetir la rotación de atrás hacia adelante, sin tensar el cuello ni la mandíbula.

Rotación completa de cada hombro hacia atrás y luego hacia adelante.


INDICACIONES PARA SU EJECUCIÓN:

Esta técnica de relajación diferencial basada en movimientos del cuello y los hombros, se enseña al paciente en sesión para que la ponga en práctica en su hogar.

Los ejercicios se realizarán con inspiración nasal y espiración por boca, unas 5 o 10 repeticiones de cada ejercicio, 1 o 2 veces al día y preferiblemente frente a un espejo para controlar la posición del resto del cuerpo.

Estos ejercicios de relajación diferencial se pueden practicar luego de la jornada laboral y serían ideales para las personas que utilizan su voz como herramienta primaria de trabajo (telefonistas, profesionales de magisterio, profesores, vendedores…).

Recordemos que la relajación es una actividad sumamente eficaz para ayudar al individuo a encontrar un tono muscular óptimo para la función vocal.


RELAJACIÓN DE LOS ÓRGANOS FONOARTICULATORIOS:

Los ejercicios con los fonoarticuladores le servirán al paciente para mejorar la movilidad y tonicidad que puede estar aumentada o disminuida, entrenándose el órgano o músculo que estuviese afectado con el objetivo de optimizar los movimientos articulatorios y fonatorios.

Debemos considerar que no todo paciente con alteración de la función vocal necesitará los mismos ejercicios, por lo tanto, la elección de la metodología de relajación en el entrenamiento de la voz dependerá del diagnóstico y los hábitos de cada persona.

A tal efecto, el o la logopeda empleará los ejercicios que considere oportunos según las necesidades de cada paciente, apelando a su creatividad y sentido común.

Se exponen a modo de ejemplo una selección de movimientos para trabajar de forma independiente cada articulador: lengua, labios, mandíbula (maxilar inferior) y el velo del paladar.

Estarían especialmente indicados en casos de tensión mandibular, retracción lingual, falta de movilidad labial; lingual; velar, etc.

Los ejercicios con la inclusión del bostezo se utilizan para estimular la elevación y descenso del paladar blando y también para abordar síntomas de tensión laríngea (disfonía hiperfuncional).


EJERCICIOS LINGUALES:

Llevar lengua hacia arriba, abajo, derecha e izquierda, estirando al máximo la raíz o base lingual.

Arquear la lengua en forma de un cucurucho, entrar y sacar de la boca manteniendo la forma.

Deslizar la punta de la lengua por todo el paladar hasta el velo, ida y vuelta manteniendo boca abierta.

Chasquear la lengua contra el paladar abriendo grande la boca y estirando el frenillo sublingual.

Sacar la lengua plana y ancha, introducir lentamente en la boca manteniendo la forma.

Girar la lengua dentro de la boca lentamente 3 veces hacia cada lado, manteniendo labios unidos.


EJERCICIOS LABIALES:

Repetir varias veces las vocales A-O-U sin mover la lengua.

Inspirar por nariz y hacer vibrar los labios.

Subir labios juntos hacia la nariz, mantener la posición unos segundos y relajar.

Inspirar y gesticular las 5 vocales áfonas (sin sonido) lentamente.

Cubrir todos los dientes con los labios manteniendo la boca abierta.

Proyectar labios hacia adelante y luego hacia atrás dibujando una sonrisa con labios juntos.


EJERCICIOS DEL VELO DEL PALADAR:

Realizar un bostezo con descenso lento de la mandíbula lengua plana y sin tensión en el suelo de la boca. Durante el bostezo la entrada de aire se realiza por boca y se envía a la zona costodiafragmática, de este modo se evitan las respiraciones de tipo altas.

Lengua relajada fuera de la boca, introducir lentamente mientras inspira (por boca) hasta ubicar la lengua en el suelo de la boca con la punta tocando los incisivos inferiores. Notar la elevación del velo del paladar como en el bostezo, dirigir el aire a la zona baja como en el ejercicio anterior.

Bostezar con la boca cerrada, manteniendo la lengua aplanada en el suelo de la boca y el ápice lingual contra los incisivos inferiores.

Efectuar una contracción prolongada del velo del paladar observando su elevación y luego relajar.

Manteniendo la boca abierta, inspirar por nariz y espirar por nariz.

Igual al anterior, expulsar el aire por la boca.

Inspirar por boca y espirar por la nariz.

Igual al anterior, espirar por la boca.


EJERCICIOS MANDIBULARES:

Abrir y cerrar la mandíbula con la lengua aplanada abajo, en distintos tiempos: Abrir lentamente y cerrar rápido. Abrir rápido y cerrar lentamente.

Desplazar la mandíbula hacia delante, sentir la tensión y relajar.

Igual al anterior pero con la boca cerrada.

Mascar liberando al máximo la mandíbula y moviendo la lengua dentro de la boca con exageración.

Realizar movimientos laterales de mandíbula con la lengua aplanada abajo y elevando el velo del paladar.



La mandíbula es el único hueso del cráneo que no es fijo; se une a la base craneal a través de la articulación bilateral que trabaja sinérgicamente. Esta articulación se denomina articulación temporomandibular (ATM).

Las alteraciones de la movilidad y tonicidad pueden interferir en la dinámica de la fonación, articulación y resonancia, p. ej.: una disfunción en la ATM.

Segre-Naidich (1981) hacen referencia a la disfunción mandibular, un trastorno frecuente entre los pacientes que reduce los movimientos del maxilar, el cual se detecta en el examen estomatognático realizado al paciente durante la evaluación, actuando en consecuencia según cada caso.

Los autores explican que consiste en un cuadro complejo de desequilibrio de la actividad muscular de la mandíbula. Esta disfunción se caracteriza por la tendencia a mantener apretada la mandíbula, a veces aun durante el sueño. Por tanto, el habla se realiza con la mandíbula apretada, una articulación pobre y desdibujada, con facies inexpresivas.

Como consecuencia de este problema, pueden darse otros trastornos: desviación de la mandíbula hacia un costado, lengua retraída y rígida, dolor facial, a veces en los músculos temporales y en el complejo de cuello y hombros.

Su persistencia puede ocasionar desgaste de piezas dentarias o desarrollo exagerado del músculo masetero (masticatorio) llegando a un estado patológico funcional conocido como bruxismo que requiere un enfoque multidisciplinar para su correcto abordaje. El bruxismo es el rechinamiento de dientes involuntario que se produce especialmente durante el sueño.

Durante la intervención, debiéramos considerar estas alteraciones funcionales porque suelen afectar la dicción, la resonancia y la coordinación fonorrespiratoria (aire-voz). A tal efecto, se adecuarán los masajes y ejercicios a través de técnicas dinámicas de relajación, procurando libertad en los movimientos y una fonación libre de tensiones que es el objetivo final de la actuación logopédica.


CONCLUSIONES:

La relajación será un auxilio al proceso terapéutico, por tanto, se emplearán aquellos ejercicios que faciliten una producción vocal adecuada, que se indican al paciente luego de la valoración y durante el tratamiento.

La relajación diferencial (movimientos de cuello y hombros) y los ejercicios con los órganos fonoarticuladores, se enseñan e indican al paciente según las necesidades diagnósticas, es decir, se personalizan para cada caso clínico.

La relajación se integra durante la reeducación con el objetivo de favorecer un tono muscular laríngeo óptimo para la fonación.

Nuestra tarea educativa será despertar en la persona la conciencia muscular y que sea capaz de reconocer el estado de relajación o tensión de cada zona, diferenciando la tensión útil de la contracción excesiva.

Es bien sabido que la voz es el reflejo de la personalidad y la tarjeta de presentación de cada individuo. Por tal motivo, un adecuado control tensional va a beneficiar el normal proceso fonatorio, evitando la disfonía por hipertensión que constituye la gran mayoría de los trastornos que llegan a la consulta de voz.


BIBLIOGRAFÍA:

  • Farías, P. Ejercicios que restauran la función vocal. Ed. Akadia. Buenos Aires, Argentina. Primera reimpresión, 2010.
  • Behlau, M. Rehabilitación vocal. En: García Tapia R. Cobeta Marco I.: Diagnóstico y Tratamiento de los trastornos de la voz. Ed. Garsi. Madrid, España. 1996.
  • Zambrana NTG. Lopes LD. Logopedia y ortopedia maxilar en la rehabilitación orofacial. Tratamiento precoz y preventivo. Terapia miofuncional. Editorial Masson. Barcelona, España. 3ª reimpresión, 2003.
  • Segre R. Naidich S. Principios de Foniatría. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, Argentina. 1981.