jueves, 5 de septiembre de 2013

LA DISFAGIA (Parte I): “BASE ANATÓMICA Y FISIOLÓGICA DE LA DEGLUCIÓN”

INTRODUCCIÓN:

La disfagia se define como una alteración de la función de deglución que se puede manifestar en cualquier lugar del recorrido del bolo alimenticio: desde la boca hasta el estómago. Se trata de una dificultad para deglutir/tragar los alimentos líquidos, semisólidos y/o sólidos.

Esta alteración no se relaciona con un diagnóstico de enfermedad, sin embargo, constituye un síntoma de una determinada enfermedad.

La afectación puede presentarse en la preparación oral del bolo o en el desplazamiento del alimento desde la boca hasta el estómago1.

La disfagia se puede clasificar desde un punto de vista topográfico en disfagia orofaríngea o esofágica2.

Los síntomas de disfagia se manifiestan en las todas las etapas de la vida: en prematuros, neonatos, niños, adultos, tercera edad y como consecuencia de múltiples patologías.

Los pacientes son conscientes y describen el problema en detalles o, por el contrario, desconocen que padecen disfagia.

La disfagia se produce por una variedad de enfermedades; alteraciones congénitas; estructurales o se asocia al proceso natural de envejecimiento del individuo.

El envejecimiento por sí mismo no causa disfagia evidente clínicamente, aunque hay cambios asociados a la edad que afectan a las diferentes fases de la deglución1.

Su modo de presentación es agudo como en los casos de un accidente cerebrovascular o progresivo, deterioro que se observa en las enfermedades neurodegenerativas: enfermedad de Alzheimer; de Parkinson; Esclerosis Lateral Amiotrófica, Esclerosis Múltiple, etc.

Las personas con disfagia suelen tener alterada la capacidad para realizar una óptima hidratación y alimentación, situación que puede derivar en graves cuadros de deshidratación y desnutrición.

La disfagia tiene consecuencias sociales, económicas y una significativa morbimortalidad2.

Para arribar a un correcto diagnóstico es necesario identificar las características anatómicas o fisiológicas alteradas, en base a las cuales se planificará la intervención en cada caso.

La terapia tiene por objetivo mejorar o compensar las alteraciones funcionales o estructurales que presente el paciente, incluyendo recomendaciones nutricionales y reeducación de la deglución.

La realización de los ejercicios de recuperación la llevará a cabo idealmente el logopeda1.

Dentro del equipo de profesionales que trata al paciente con disfagia, la actuación del logopeda/fonoaudiólogo posee un gran valor y utilidad porque está orientada a conseguir una deglución funcional (eficaz y segura) a través de diferentes técnicas de intervención y minimizando el riesgo de aspiración.

El abordaje práctico de los aspectos ambientales, posturales, dietéticos y de los ejercicios de rehabilitación se hará con la participación de los diferentes miembros del equipo1.

La detección de los síntomas de disfagia y el tratamiento precoz o preventivo serán cruciales para evitar futuras complicaciones que incidan en la salud general y calidad de vida de la persona.

Conocer la fisiología y anatomía de la deglución, será un requisito ineludible para poder valorar y tratar de forma correcta los síntomas de disfagia. Por este motivo, se describen a continuación los aspectos anatómicos y fisiológicos de la deglución normal.


LA DEGLUCIÓN NORMAL:

La deglución es una de las funciones orofaciales primarias e imprescindible para la supervivencia del individuo, por ende, cualquier anomalía estructural o déficit funcional puede afectar el trayecto deglutorio.

Evolutivamente la deglución comienza durante el período gestacional, posibilitando la alimentación del recién nacido.

Posteriormente dicha función irá madurando gracias a la acción del medio y al crecimiento y desarrollo de las distintas estructuras3.

La función deglutoria es una actividad neuromuscular compleja, coordinada por el Sistema Nervioso Central (SNC) que ocurre de forma rápida y sin interrupciones. La frecuencia media de esta función es de aproximadamente 580 degluciones al día, acto que alcanza su máximo durante la alimentación y su mínimo durante las horas del sueño.

La actividad de masticación y deglución normal es un rápido y complejo proceso de movimientos voluntarios e involuntarios en el que participan al menos seis pares craneales, los tres primeros segmentos de los nervios cervicales y los 26 músculos de la boca, faringe y esófago1.

Dijimos antes que la disfagia se corresponde con una sensación de dificultad en el avance de la comida desde la boca al estómago, generada por una alteración en una o más etapas de la deglución. Estas etapas/fases se encuentran integradas entre sí y transcurren sinérgicamente.


LAS CUATRO FASES O ETAPAS DE LA DEGLUCIÓN SON:

  1. Fase PREPARATORIA ORAL de la deglución.
  2. Fase ORAL de la deglución.
  3. Fase FARÍNGEA de la deglución.
  4. Fase ESOFÁGICA de la deglución.


FASE PREPARATORIA ORAL:

Esta fase como su nombre lo indica es preparatoria del alimento, que una vez introducido en la boca se mezcla con saliva y se mastica según la consistencia hasta transformarse en un bolo cohesionado para ser tragado.

Durante esta fase pre-oral se produce un reconocimiento sensorial del alimento: se puede ver, oler, tocar e introducir en la boca. Esta situación favorece la secreción de saliva, activa el sentido del gusto y el deseo de comer.

En esta fase participan la lengua, los labios, el maxilar inferior, el velo del paladar, los músculos masticatorios y faciales.

Durante esta fase preparatoria oral los labios se mantienen juntos y la respiración nasal continua, proceso que se verá alterado en el respirador oral que utiliza la misma vía (la boca) para efectuar ambas funciones: masticación y respiración.

Esta fase preparatoria oral de la deglución está bajo el control voluntario de la persona.


ETAPA DE PREPARACIÓN ORAL


FASE ORAL DE LA DEGLUCIÓN:

La fase oral se inicia cuando la lengua propele el bolo alimenticio posteriormente hacia la orofaringe hasta que se produce (estimula) la deglución faríngea.

Durante esta fase oral de transporte los labios permanecen sellados, el ápice lingual se apoya en las rugas palatinas, el paladar blando se eleva y los maxilares se mantienen en oclusión céntrica.

Esta fase oral de la deglución es voluntaria y consciente, con una duración aproximada de 1 segundo.


ETAPA ORAL


FASE FARÍNGEA DE LA DEGLUCIÓN:

La fase faríngea que es involuntaria se origina cuando se estimula la deglución faríngea por acción de la lengua, cuya función es propulsar el bolo alimenticio hacia atrás (faringe) movimiento que se genera sin pausas y desencadena la deglución faríngea.

Esta etapa deglutoria ocurre cuando se estimulan los receptores faríngeos que envían información al SNC y generan el disparo del patrón motor deglutorio faríngeo.

El reflejo deglutorio faríngeo para que se pueda producir, requiere de la decisión voluntaria de la persona (inicio voluntario de la deglución) para que la saliva, el líquido o el bolo sean conducidos desde la faringe hacia el esófago superior.

El tránsito faríngeo del bolo es de aproximadamente 1 segundo, tiempo que tarda en desplazarse desde la base de la lengua hasta el esófago cervical (zona cricofaríngea).

La deglución y la respiración son funciones recíprocas, motivo por el cual se produce un período de apnea entre el cierre de la vía aérea y la apertura del esófago (esfínter esofágico superior), actividades que ocurren simultáneamente en las personas normales.


ETAPA FARÍNGEA


FASE ESOFÁGICA DE LA DEGLUCIÓN:

La fase esofágica se inicia con la apertura del esfínter esofágico superior (EES).

El bolo alimenticio es transportado desde el esófago cervical al torácico a través de ondas peristálticas hasta entrar al estómago, previa apertura del esfínter esofágico inferior (EEI), para dar inicio a la digestión.

Este tiempo de tránsito esofágico dura entre 6 y 8 segundos2 o varía entre los 8 y 20 segundos según otros autores.

La etapa esofágica de la deglución es involuntaria e inconsciente.


ETAPA ESOFÁGICA


CONCLUSIONES:

La disfagia es una alteración de la deglución que ocurre en cualquier lugar del recorrido del bolo alimenticio por un compromiso en una o más fases/etapas de la deglución.

Los trastornos de la deglución se dividen anatómicamente en dos tipos: disfagia orofaríngea y disfagia esofágica, difiriendo por su localización en sus características y en la forma de ser tratadas.

La disfagia se caracteriza por una dificultad para desplazar el bolo, que puede ocurrir desde la fase preparatoria oral hasta la fase esofágica del ciclo de la deglución.

Ocasiona severas complicaciones para la salud como deshidratación, desnutrición, obstrucción de la vía aérea o neumonía por aspiración.

Esta dificultad para deglutir/tragar se puede observar en pacientes de todas las edades, desde los recién nacidos hasta la población geriátrica.

En el curso normal de la masticación y deglución se mezclan componentes voluntarios e involuntarios como hemos visto anteriormente.

Los principales objetivos del tratamiento de los pacientes con disfagia van orientados a conseguir una deglución eficaz y segura1.

El manejo de los pacientes con trastornos de la deglución orofaríngea es multidisciplinario: médico otorrinolaringólogo, fonoaudióloga/logopeda, nutricionista, médico fisiatra, radiólogo, terapeuta ocupacional y enfermera2.

La información, la educación y el entrenamiento de cuidadores y familiares sobre consejos y técnicas de alimentación, serán determinantes en el proceso de recuperación en el hogar.

Reconocer los síntomas de disfagia y actuar de forma precoz mediante una valoración y estrategia terapéutica personalizada, evitará que impacte negativamente en la salud y calidad de vida.


Artículo publicado el 5 de septiembre de 2013, revisado y actualizado por la autora en septiembre de 2024.


BIBLIOGRAFÍA:

  1. Jiménez Rojas C., Corregidor Sánchez A., Gutiérrez Bezón C. Tratado de geriatría para residentes. Digestivo, cap. 53: Disfagia. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Accesible en: https://www.segg.es/tratadogeriatria/main.html
  2. Nazar M, G., Ortega T, A., & Fuentealba M, I. (2009). Evaluación y manejo integral de la disfagia orofaríngea. Rev. Med. Clin. Condes, 449-457.
  3. Grandi D, Donato G. Terapia Miofuncional. Diagnóstico y Tratamiento. Ed. Lebón, Barcelona, España, 2006.

2 comentarios:

  1. Una entrada fantástica, gracias. La comparto.

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    1. Estimada Aurora:
      Gracias a Ud. por su comentario y por compartirlo en su cuenta de twitter, es la mejor forma de familiarizar a la población sobre este tema de creciente actualidad.
      Un saludo cordial.
      Lic. Ayarza Marcela

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