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lunes, 12 de diciembre de 2022

DÍA MUNDIAL DE LA DISFAGIA

El 12 de diciembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Disfagia. El objetivo esencial de esta fecha es dar a conocer un trastorno de la deglución que afecta a millones de personas en todo el mundo y que puede interferir en la calidad de vida de las personas que la sufren.

La disfagia es una patología que acompaña a enfermedades tan habituales en las consultas médicas como son las enfermedades cerebrovasculares, neurológicas y neurodegenerativas sin embargo, en la actualidad está infradiagnosticada. Algunos autores estiman que afecta a dos millones de españoles, de los cuales solo un 10 % está correctamente diagnosticado y tratado.

La disfagia afecta la calidad de vida y la autonomía, además de provocar complicaciones muy graves para la persona afectada siendo una importante causa de mortalidad. Por este motivo, su diagnóstico e intervención temprana es prioritaria.


¿Qué entendemos por disfagia?

La disfagia es la dificultad para deglutir cualquier sustancia líquida o sólida por afectación de una o más fases de la deglución

Puede clasificarse en disfagia alta (orofaríngea) o baja (esofágica) según dónde se localice la dificultad para tragar. Se trata de una patología muy común entre pacientes de edad avanzada, aunque puede afectar a personas de todas las edades.

La deglución tiene un papel clave en la alimentación del individuo y resulta la puerta de entrada a los procesos fisiológicos de digestión, absorción y transformación de los nutrientes.

La deglución normal debe cumplir dos principios: eficacia (ingesta del agua y los nutrientes necesarios para una correcta hidratación y nutrición) y seguridad (sin complicaciones respiratorias). La disfagia es considerada como un síntoma de alarma y exige una correcta investigación de su causa.


¿Cuáles son las causas de la disfagia?

Son múltiples y variadas las causas y enfermedades que producen esta dificultad para tragar llamada disfagia, entre las que destacan:

Enfermedad de Alzheimer (EA), Enfermedad de Parkinson (EP), Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), Esclerosis Múltiple (EM), los accidentes cerebrovasculares, los traumatismos craneoencefálicos, pacientes que han recibido quimioterapia o radioterapia por tumores de cabeza y cuello, ancianos que viven en residencias geriátricas o ingresados en un hospital general, etc.


El envejecimiento por sí mismo no es causa de disfagia evidente clínicamente, aunque hay cambios asociados a la edad que afectan a todas las fases de la deglución:

Pérdida de dientes.

Prótesis móviles.

Menor producción de saliva.

Lesiones en la lengua o encías.

Atrofia de músculos masticatorios.

Sarcopenia o pérdida de masa muscular.


Complicaciones asociadas a la disfagia:

La disfagia es un síntoma de alarma que requiere una evaluación rápida para definir su causa exacta (estructural, funcional, orofaríngea, esofágica) e iniciar un tratamiento adecuado.

La importancia de su detección radica en la posibilidad de evitar las complicaciones que de la misma se derivan: malnutrición (disfagia a sólidos), deshidratación (disfagia a líquidos) y, en casos graves, neumonía como consecuencia de las aspiraciones broncopulmonares.

La mayoría de las personas que sufren disfagia tienen esa sensación de que el alimento o bebida “se les va por otro lado”. Pero en algunos casos la disfagia no presenta síntomas de atragantamiento, pudiendo producir lo que se conocen como aspiraciones silentes.

Es importante señalar que tragar líquidos es más complicado que ingerir alimentos sólidos ya que se esparcen por toda la boca y el sistema deglutorio tiene menos tiempo para prepararse.

El miedo de las personas al atragantamiento puede generar un rechazo a ciertos alimentos y bebidas que puede conducir a un estado de desnutrición y/o deshidratación.

La disfagia no sólo afecta a la persona que la padece, impacta también en los familiares y cuidadores estando presente en la población adulta y en la pediátrica.


Signos y síntomas de disfagia:

La sintomatología de la disfagia va a depender de la localización topográfica, es decir, según sea una disfagia orofaríngea (alta) o una disfagia esofágica (baja). Se describen a continuación algunas de las características clínicas y manifestaciones que acompañan a la disfagia:

Inadecuado cierre labial/babeo.

Aumento del tiempo deglutorio.

Dificultad para aclarar la cavidad oral.

Falta de aire o fatiga durante las comidas.

Incremento de secreciones durante las comidas.

Atragantamiento y/o tos durante o después de las comidas.

Dificultad para mantener los alimentos o la saliva en la boca.

Cambios en la voz/voz nasal.

Regurgitación nasal.

Rechazo a los alimentos/pérdida de peso.

Fiebre e infecciones respiratorias recurrentes.


¿Cómo se trata la disfagia?

El abordaje de la disfagia es multidisciplinar e implica a profesionales de diferentes servicios: Endocrinología y Nutrición, Otorrinolaringología, Rehabilitación, Logopedia, etc. La actuación de cada uno de ellos es clave para la adaptación del paciente, la recuperación y normalización de su rutina diaria. La causa de la disfagia es un importante factor a tener en cuenta al elegir el enfoque terapéutico.

Los principales objetivos en el tratamiento de los pacientes con disfagia van orientados a conseguir una deglución eficaz y segura disminuyendo el riesgo de complicaciones, especialmente respiratorias.

El tratamiento rehabilitador de la disfagia orofaríngea es competencia de la/el logopeda. Este profesional sanitario planificará una estrategia terapéutica individualizada acorde a la severidad de la disfagia de cada paciente.

La labor del logopeda es clave en la rehabilitación contribuyendo a que la deglución se realice en condiciones de seguridad y eficacia.

En la rehabilitación de la deglución destacan las técnicas compensatorias posturales, estrategias de incremento sensorial oral, praxias neuromusculares, modificación de las características del bolo alimentario (volumen y viscosidad) y las maniobras deglutorias específicas que requieren la colaboración del paciente.


ESPESANTES:

¿Qué son y para qué sirven?

Los espesantes son los grandes aliados en la hidratación y alimentación de las personas con disfagia. Son macromoléculas que nos permiten modificar la viscosidad de los líquidos y hacer más estables algunos alimentos sólidos.

Los espesantes son utilizados tanto en la cocina, como por la industria alimentaria para espesar y estabilizar muchos alimentos y recetas culinarias, se agregan a las bebidas para ralentizar la velocidad de flujo del bolo durante la deglución.

Los espesantes de segunda generación se componen exclusivamente de gomas y, en algún caso, pueden contener una pequeña cantidad de almidón modificado. Se diferencian de los de primera generación en que se necesitan menores concentraciones de producto para obtener la viscosidad deseada, son más estables en el tiempo y no dejan sabor ni color.

Los espesantes en polvo se pueden adquirir en farmacias con y sin receta médica, pudiendo ser utilizados para espesar diferentes bebidas como el agua, infusiones, leche, café, zumos… y ciertos alimentos como el yogur y los puré.

La adaptación de las texturas de los sólidos y la viscosidad de los líquidos se considera en la actualidad la intervención más sencilla, valiosa y con gran eficacia terapéutica ya que minimiza las aspiraciones. La reducción del volumen y el aumento de la viscosidad del bolo mejoran la seguridad, siendo la prevalencia de aspiraciones máxima con líquidos y disminuyendo con néctar, miel y pudin.


Recomendaciones para una deglución segura:

  • La persona deberá estar despierta y alerta a la hora de las comidas.
  • Buscar un entorno tranquilo y sin distracciones para que su atención esté puesta en la comida.
  • Los pacientes encamados deberán ser colocados en una postura de 60 o de 80 grados para comer.
  • Sedestación con caderas flexionadas a 90º.
  • Mantener sedestación durante 30 a 60 minutos tras las comidas.
  • Nunca utilizar pajitas ni jeringas para ingerir bebidas si no ha sido indicado por su terapeuta.
  • Comer tranquilamente y en pequeñas cantidades.
  • Esperar a que la boca se quede vacía antes de la siguiente cucharada y evitar las prisas.
  • Evitar hablar mientras se come.
  • Descansar entre bocados.
  • Evitar los alimentos considerados peligrosos y de riesgo.
  • Mantener una correcta higiene de la boca antes y después de las comidas.
  • Durante la alimentación de las personas con disfagia, posicionarse al mismo nivel o ligeramente por debajo del nivel de los ojos. Esto hará que sea más fácil para el paciente mantener su cabeza en la posición más adecuada. Cabeza inclinada hacia adelante con la barbilla ligeramente hacia abajo cuando trague.
  • Adecuar el menaje: uso de vasos de boca ancha o con ventana para evitar la extensión cervical.
  • Aliméntese por sí mismo siempre que pueda con la supervisión de un cuidador/a o familiar.


Atención a los alimentos considerados peligrosos:

Preparados de dobles texturas: sopa de pasta o verduras, lentejas, arroz caldoso, leche con cereales o galletas, panes de semillas o con frutas, etc.

Alimentos pegajosos: caramelos, chicles, pan de molde, bollería, etc.

Que se resbalan: mejillones, almejas, guisantes, uvas, etc.

Alimentos crujientes o duros: frutos secos, cereales, corteza de pan, etc.

Que se desmenuzan o fragmentan: tostadas, quesos secos, galletas de hojaldre, etc.

Alimentos que se derriten o deshacen en la boca: helados, gelatinas, etc.

Que desprenden jugo y/o agua al morderse: naranja, mandarina, sandía, melón, pera, etc.

Alimentos de riesgo que no forman un bolo cohesivo y compacto: arroz, legumbres, guisantes, etc.

Purés con grumos, pieles, hebras, huesos, espinas, etc.


Conclusiones:

La disfagia orofaríngea es un síntoma frecuente que acompaña a muchas enfermedades sobre todo neurológicas (agudas o crónicas), oncológicas (cáncer de cabeza y cuello) y también afecta a personas mayores de 85 años, preferentemente institucionalizados.

Este trastorno de la deglución obliga al paciente a realizar adaptaciones en su alimentación y a modificar la textura de los alimentos, la viscosidad y el volumen de los líquidos, según su grado de disfagia para conseguir que su deglución sea más segura y eficaz.

Recordemos que las funciones de la deglución normal son el aislamiento de la vía aérea (seguridad) y la nutrición/hidratación adecuada (eficacia). Aquellas personas con trastornos de la deglución (disfagia) van a necesitar una adaptación de la textura de los alimentos y bebidas para que la deglución se realice de manera segura y eficaz.

Los espesantes logran modificar la viscosidad de los líquidos mejorando la seguridad de la deglución. Actualmente se utilizan los de segunda generación que incorporan gomas con más beneficios.

Todas las medidas terapéuticas en disfagia orofaríngea tienen como objetivo final conseguir una alimentación por la vía oral eficaz (que permita alcanzar los requerimientos nutricionales y de hidratación) y segura (sin comprometer la vía aérea).

El diagnóstico y tratamiento de este trastorno de la deglución dependen del trabajo en equipo de un grupo multidisciplinario de profesionales formado por médicos, logopedas, dietistas… que incluya a cuidadores y la propia familia del paciente.


BIBLIOGRAFÍA

  1. Guía de Disfagia. Manejo de la disfagia en AP. SEMERGEN Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria. 2020. Disponible en: https://semergen.es/index.php?seccion=biblioteca&subSeccion=detalleDocumento&idD=671
  2. Álvarez Hernández J, Andrés Esteban LM, Ashbaugh Enguídanos RA, Atienza Sánchez E, (ed.). Disfagia orofaríngea: soluciones multidisciplinares. Con 36 recetas elaboradas en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias. 1.ª ed. Toledo. Grupo Aula Médica. 2018. Disponible en la página web del Hospital: https://www.comunidad.madrid/hospital/principeasturias/noticia/hospital-alcala-publica-manual-disfagia-orofaringea-soluciones-multidisciplinares
  3. Disfagia. Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología [Internet]. WGO; 2014. Disponible en: https://www.worldgastroenterology.org/guidelines/dysphagia/dysphagia-spanish
  4. Red Menni de Daño Cerebral. Guía para el manejo de la disfagia. Disponible en: https://dañocerebral.es/cuidar-en-casa-a-una-persona-con-disfagia/

martes, 28 de junio de 2022

LOS PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN Y DEGLUCIÓN EN LA TERCERA EDAD

INTRODUCCIÓN:

El número de pacientes que sobreviven bien a la edad de los setenta, ochenta y aun noventa años se ha incrementado en muchos países. Debemos llamar la atención de todas las especialidades médicas pues el número de pacientes de la población geriátrica se incrementará en pocos años, así como las enfermedades relacionadas con ellos1.

La etapa final de la vida, conocida también como tercera edad se inicia, aproximadamente, a los 60 años. Hemos de considerar a la vejez en sí cómo un fenómeno biológico, que no implica necesariamente una enfermedad. El envejecimiento de la población española es un hecho irrefutable, pese al creciente fenómeno de la inmigración. Los mayores son el sector más sensible a las situaciones de dependencia ya sea física, psíquica o intelectual2.

Es necesario actuar a tiempo frente a los cambios en todo el cuerpo que genera el proceso de envejecimiento y que pueden afectar negativamente la calidad de vida de las personas mayores.

En la tercera edad son muy frecuentes los problemas de comunicación y deglución en los cuales la figura del logopeda juega un papel esencial en estos aspectos: la prevención, la detección, la evaluación y el tratamiento.

La alteración de la deglución denominada disfagia afecta a más de la mitad de los ancianos de las residencias geriátricas y puede ocasionar graves consecuencias para la salud.

Las personas mayores necesitan también el lenguaje para transmitir sus deseos, necesidades y miedos, en definitiva, una comunicación eficaz para seguir integrados en la sociedad.

En España, hay más de siete millones de personas mayores de 65 años. Según las estadísticas de la ONU, en el año 2050, los mayores serán casi un tercio de la población mundial. La mayoría de las personas mayores de 65 años llevan una vida activa, si bien un número considerable presenta problemas de índole física, psicológica, social o económica2.



RESIDENCIAS DE MAYORES Y UNIDADES DE ESTANCIA DIURNA:

Las funciones del logopeda son3:

  • Evaluar e intervenir los trastornos de la comunicación: lenguaje, habla, voz y audición.
  • Estimular el lenguaje oral y escrito para evitar la pérdida de dichas capacidades.
  • Evaluar e intervenir los trastornos de la deglución/disfagia.
  • Estimular y mantener las capacidades mentales.
  • Enseñar al anciano el uso de estrategias compensatorias como asociaciones mnemotécnicas que le ayuden a acceder al léxico.
  • Asesorar a cuidadores, familiares y profesionales sobre cómo afrontar las dificultades de comunicación y deglución de las personas mayores.
  • Mantener la máxima funcionalidad en enfermedades crónicas y degenerativas.
  • Dar seguridad e incrementar la autonomía del paciente.
  • Evitar la desconexión del anciano con su entorno y fortalecer las relaciones sociales.
  • Mejorar su calidad de vida.


LOS PROBLEMAS DE LA DEGLUCIÓN:

La disfagia o trastorno de la deglución, se caracteriza por una dificultad en la preparación oral del bolo o en el desplazamiento del alimento (sólido y/o líquido) desde la boca hasta el estómago.

Estos trastornos para deglutir/tragar pueden tener repercusiones muy importantes para la salud como producir deshidratación, malnutrición y/o neumonía por aspiración causando un impacto negativo en la calidad de vida del anciano.


¿A quién afecta la disfagia?

La disfagia es un trastorno grave, muy frecuente y bastante desconocido que afecta a3:

Más de la mitad de los ancianos institucionalizados en residencias geriátricas con patología neurodegenerativa o cerebrovascular: 50-75%.

Personas con enfermedades neurodegenerativas: enfermedad de Alzheimer 45%, enfermedad de Parkinson 35%, etc.

Personas que han sufrido un daño cerebral adquirido como consecuencia de un accidente cerebrovascular: 43-80%.

Personas con alteraciones estructurales de la boca, faringe o laringe, sobre todo después de un tratamiento quirúrgico de algún tumor en dicha región: neoplasias de cabeza y cuello 59%.



Síntomas indicadores de disfagia3:

  • Carraspeo frecuente.
  • Tos durante la ingesta o después de ésta.
  • Inadecuado cierre labial y babeo.
  • Pérdida de peso.
  • Degluciones fraccionadas.
  • Cambios en la voz tras la ingesta.
  • Regurgitación del alimento a través de la nariz.
  • Picos febriles de origen desconocido.
  • Infecciones respiratorias de repetición.
  • Presencia de residuos de alimento en la lengua o boca.


LOS PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN:

En el ser humano la aparición del lenguaje y, su vehículo habitual, la voz representó la posibilidad de aumentar su longevidad. Cabe destacar, por tanto, de una manera muy especial el instrumento del cual se vale para expresar el lenguaje oral: la voz2.

Las alteraciones de la voz son un padecimiento por el que frecuentemente son vistos estos pacientes. Muchas alteraciones de la voz senil pueden tener medidas preventivas o correctivas. Síntomas vocales producto de alteraciones funcionales pueden corregirse con terapia vocal1, beneficios del tratamiento que explicaba en LA VOZ SENIL: “PRESBIFONÍA”. CARACTERÍSTICAS GENERALES. TRATAMIENTO


El trabajo rehabilitador del logopeda en los problemas de comunicación (voz, habla y lenguaje) se aplica en diferentes situaciones3:

Cuando el deterioro del lenguaje está asociado a la edad: el logopeda entrena estrategias de compensación para encontrar la palabra adecuada y disminuir la ansiedad que genera tener con tanta frecuencia la palabra “en la punta de la lengua”. Trabaja para facilitar la comprensión y expresión de oraciones complejas limitadas por las dificultades en la memoria que se manifiestan en la vejez.

Cuando el deterioro del lenguaje es consecuencia de una lesión cerebral: la labor del logopeda consiste en restablecer el deterioro masivo y brusco del habla y lenguaje rehabilitando los procesos dañados tras la lesión cerebral (disartria, afasia, etc.).

Cuando el deterioro del lenguaje es debido a una enfermedad neurológica o neurodegenerativa: enfermedad de Alzheimer, de Parkinson, Esclerosis Lateral Amiotrófica, Esclerosis Múltiple, etc., el trabajo del logopeda consiste en paliar y frenar el avance de la sintomatología en el lenguaje y la comunicación.

Si el lenguaje sufre un deterioro asociado a estas causas, la rehabilitación logopédica se hace imprescindible, llegando en ocasiones a dotar al paciente de medios de comunicación no verbal que eviten su desconexión con el entorno y fortalezca sus relaciones sociales.

En este sentido, el profesional de la Logopedia es el responsable de entrenar a las personas cuidadoras y familiares sobre la forma de utilizar los sistemas aumentativos y alternativos de comunicación (SAAC).

Se debe destacar el deterioro auditivo que sufren las personas mayores tanto cuantitativo, como cualitativo, siendo más significativo en las frecuencias agudas tan necesarias para la discriminación verbal2.

Estas alteraciones auditivas ocasionan2:

Dificultades en el control de los parámetros acústicos.

Alteraciones en la percepción de la voz.

Alteraciones en la expresión de la voz.

Alteraciones en la discriminación de la voz.



LOS EFECTOS PSICOSOCIALES:

Algunos problemas como la hipoacusia, el aislamiento social, la reducción de la comunicación y la depresión se asocian con la fonación del paciente senil. La depresión ocasiona un aislamiento social y la oportunidad de usar la voz disminuye en forma muy importante. La voz se vuelve monótona y opaca. Debemos considerar si algunos medicamentos usados para la depresión que usan los pacientes pueden incrementar este problema vocal1.

Desde el punto de vista psicológico, en cualquier edad se puede relacionar personalidad, el estado emocional, el cociente intelectual, las habilidades lingüísticas, el estímulo afectivo, el nivel cultural y socioeconómico y las actitudes con el comportamiento vocal. Cabe resaltar que el progresivo deterioro de la capacidad de comunicar hace que el anciano se sienta cada vez más inadaptado al medio y que esto sea la fuente más relevante de su alteración emocional. Al deterioro involutivo de la comunicación que sufren las personas mayores hay que añadir el ritmo tecnológico frenético que vive nuestro tiempo2.


LA IMPORTANCIA DE LLEGAR A TIEMPO:

No se aísle, no se arriesgue, consulte a un profesional de la Logopedia si manifiesta problemas en la voz, el habla, el lenguaje, la audición o la deglución.

La detección y el tratamiento precoz por parte del logopeda y otros profesionales sanitarios, será crucial para evitar a tiempo complicaciones muy severas que impacten negativamente en la calidad de vida de las personas mayores.

Está demostrado que la disfagia y los trastornos de la comunicación son problemas que aumentan su prevalencia conforme avanza la edad de la persona.

Por todo lo que se ha explicado en este artículo, ante los problemas de COMUNICACIÓN y DEGLUCIÓN en la tercera edad solicite la ayuda del LOGOPEDA.



En España, el logopeda es el profesional sanitario cualificado para valorar e intervenir los trastornos de la deglución y comunicación en personas de todas las edades, desde el nacimiento hasta la vejez.

Por tanto, exija siempre ser atendido por un/una logopeda titulada y colegiada ya que es garantía de profesionalidad.

Rechace y denuncie el intrusismo profesional y todo ejercicio irregular de la profesión en el Colegio Oficial de Logopedas de su Comunidad Autónoma.


Artículo publicado el 28 de junio de 2022, revisado y actualizado por la autora en septiembre de 2024.


BIBLIOGRAFÍA:

  1. Kume M, Morales MA. Estudio y tratamiento de los problemas de la voz en la población geriátrica. Acta Med. 2003;1 (1):27-30. Accesible en: https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=3389
  2. Fernández González S, Ruba San Miguel D, Marqués Girbau M, Sarraqueta L. Voz del anciano. REV MED UNIV NAVARRA/VOL 50, Nº 3, 2006, 44-48. Disponible en: https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/35895/1/pdf.pdf
  3. Problemas de comunicación y de deglución en la tercera edad. Tríptico elaborado por el Colegio Oficial de Logopedas de Andalucía (COLOAN). Accesible en: https://coloan.org/contenidos/25/que-es-un-logopeda

martes, 1 de marzo de 2022

6 DE MARZO: DÍA EUROPEO DE LA LOGOPEDIA

El próximo 6 de marzo de 2022 celebramos el DÍA EUROPEO DE LA LOGOPEDIA.

Este año el lema elegido en la campaña es LA LOGOPEDIA A LO LARGO DE TODA LA VIDA.

El Día de la Logopedia 2022 tiene como propósito reivindicar la importancia de nuestra profesión sanitaria en todas las etapas de la vida donde se requiera la intervención de un/una logopeda.

En la actualidad gran parte de la sociedad aún no entiende qué hacemos los y las logopedas, por este motivo en Andalucía el Colegio Oficial de Logopedas con sede en Málaga está organizando varias iniciativas encaminadas a concienciar y visibilizar la importante labor del profesional logopeda.

El objetivo primordial del Colegio de Logopedas (COLOAN) este 6 de marzo es dar a conocer que la logopedia trata a personas con problemas de comunicación y funciones orales no verbales en todas las etapas de la vida.

Con esta campaña informativa en los medios COLOAN quiere contribuir a que el conjunto de la sociedad comprenda la importancia de la logopedia que como profesión sanitaria tiene en todas las etapas de la vida.

Las funciones del profesional logopeda ¿Por qué somos tan necesarios a lo largo de la vida?

La logopedia es una profesión sanitaria de interés público, regulada y reconocida que se ocupa de la prevención, detección, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación, el lenguaje, el habla, la voz, la audición, la deglución y las funciones orales no verbales.

El logopeda interviene en todas las etapas de la vida, desde el nacimiento hasta la tercera edad.

Con el lema de la campaña 2022: LA LOGOPEDIA A LO LARGO DE LA VIDA pretendemos visibilizar y reivindicar nuestra profesión sanitaria que es fundamental para la rehabilitación de la alimentación y la comunicación de pacientes de todas las edades.


El profesional logopeda como sanitario imprescindible en el contexto de la COVID-19:

Hoy en día, los y las logopedas nos hemos convertido en profesionales sanitarios imprescindibles en el contexto de la COVID-19.

Una consecuencia directa de esta pandemia en nuestros pacientes está relacionada con las alteraciones de la deglución (disfagia orofaríngea) entre otras.

Recordemos que la disfagia es definida como un trastorno o síntoma que se caracteriza por la dificultad o molestia que se produce a la hora de formar y/o mover el bolo alimenticio desde la boca al esófago.

Cuando la persona presenta dificultad para tragar por disfagia orofaríngea (alteración en la fase oral y/o faríngea de la deglución) pueden verse afectada su hidratación, nutrición, la seguridad durante la alimentación, su bienestar y calidad de vida.

El abordaje logopédico temprano de la Disfagia Orofaríngea en pacientes hospitalizados por COVID-19 va a actuar minimizando o evitando las siguientes secuelas:
  • Malnutrición
  • Deshidratación
  • Prolongación de los días de ingreso hospitalario
  • Neumonía aspirativa
  • Reintubaciones en pacientes post UCI
  • Mayor compromiso del sistema inmunitario
  • Mayor incidencia de sobreinfecciones respiratorias
  • Mortalidad

Es importante recordar que las personas con la COVID-19 sometidas a una intubación orotraqueal o una traqueostomía pueden presentar alteraciones de la voz secundarias a dichos procedimientos.

También, un elevado porcentaje de pacientes manifiestan alteraciones en el habla, el lenguaje y la comunicación como consecuencia de enfermedades neurológicas asociadas a la COVID-19.

Por último, añadir que más del 55% de los  pacientes ingresados en Unidades de Hospitalización COVID-19 presentan disfagia orofaríngea y hasta un 85% de riesgo nutricional. Estos trastornos de la deglución post-UCI luego de una extubación pueden durar hasta 21 días.

Por todos estos motivos, el profesional logopeda se convierte en imprescindible en el contexto de la COVID-19 evitando o minimizando las consecuencias directas que sufren estos pacientes.

Te recomendamos que acudas siempre a una/un logopeda colegiado para garantizar una atención sanitaria de calidad.

martes, 1 de septiembre de 2015

LA DISFAGIA (Parte V): “DISFAGIA NEUROGÉNICA”

Introducción:

Existe una gran variedad de enfermedades neurológicas donde pueden verse afectadas las estructuras neurales que controlan y dirigen los complicados mecanismos de la deglución orofaríngea, produciendo en el sujeto una disfagia neurogénica1. Por este motivo, en el presente artículo se analizará y describirá con carácter general la disfagia neurogénica, con especial atención a los trastornos deglutorios de las personas que han sufrido una enfermedad vasculocerebral.

Concepto:

La disfagia de origen neurológico, también llamada neurógena, neurológica o neurogénica, es la dificultad para deglutir como consecuencia de una enfermedad neurológica. Esta enfermedad neurológica puede manifestarse de dos formas.

En primer lugar, como el resultado de una enfermedad de inicio agudo (p. ej.: TCE, ictus,...), de aparición rápida, clínica muy acusada, que incluso puede poner en peligro la vida del paciente en ocasiones, pero que también tiene posibilidades de recuperarse, sino completamente, sí al menos en parte.

En segundo lugar, una presentación crónica (p. ej.: enfermedad de Alzheimer, Parkinson,...), de inicio lento, paulatino, con clínica de poca intensidad al inicio que poco a poco se hace mayor, frecuentemente asociada al envejecimiento (aunque no siempre), y con tendencia al deterioro progresivo a pesar del correcto tratamiento.

Sin embargo, las enfermedades neurológicas muchas veces no producen una única sintomatología y, en este contexto, la disfagia a veces puede ser un síntoma sutil, menor, acompañando a otros de mayor calado.
En otras, puede tratarse de uno de los síntomas principales e incluso ser el síntoma inicial que nos lleve a investigar una enfermedad del sistema nervioso (Bascuñana A.H., 1998)2.

Etiología y prevalencia:

Las causas que generan la dificultad para deglutir tienen su origen en lesiones o enfermedades neurológicas, alguna de la cuales se enumeran en la Tabla I. Estas enfermedades van a producir una alteración de la fisiología deglutoria a nivel oral, de la faringe o del esófago en forma aislada o combinada, dificultando el paso del bolo alimentario desde la boca al estómago.

La prevalencia de las alteraciones de la motilidad oral y faríngea en pacientes con enfermedades neurológicas, neurodegenerativas y asociadas al proceso de envejecimiento es muy elevada y poco conocida.

Ortíz Bellver y Clavé Civit (2011) afirman que la disfagia orofaríngea funcional afecta a más del 30% de los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular; al 52-82% con Parkinson; al 60% de pacientes con esclerosis lateral amiotrófica; al 40% de pacientes con miastenia gravis; al 44% de pacientes con esclerosis múltiple, y hasta al 84% de los pacientes con enfermedad de Alzheimer.
También señalan que la disfagia es un síndrome geriátrico con una prevalencia del 56-78% en los ancianos institucionalizados, y hasta del 44% en los ancianos ingresados en un hospital general3.

 Tabla I. Enfermedades neurológicas que causan disfagia 

Accidente cerebrovascular (ACV)

Traumatismo craneoencefálico (TCE)

Enfermedad de Alzheimer y otras demencias

Enfermedad de Parkinson (EP)

Esclerosis lateral amiotrófica (ELA)

Esclerosis múltiple (EM)

Parálisis cerebral infantil (PCI)

Enfermedades infecciosas

Neoplasias y otras alteraciones estructurales

Modificado de Bascuñana A.H. Rehabilitación (Madr) 1998; 32:331-3364.

Sintomatología:

Aunque los síntomas y complicaciones que se derivan de una disfagia neurológica pueden afectar a todas las fases de la deglución (oral, faríngea y esofágica), la que predomina es la disfagia orofaríngea con sus síntomas característicos de dificultad en la masticación, regurgitación nasal, babeo, trastornos en la expulsión de secreciones, alteraciones de la voz y/o tos durante y después de la comida, sofocos cuando se come o sensación de alimento pegado a la garganta2,4.

Cuando la disfagia de origen neurológico se va estableciendo de forma progresiva puede pasar inadvertida, no solo para el paciente sino también para el núcleo familiar y los cuidadores.

Las modificaciones en la alimentación que el individuo suele realizar de forma compensatoria (inconsciente) para minimizar los síntomas de disfagia pueden ser: tiempo de comidas prolongado, cortar los sólidos en trozos más pequeños, favorecer la deglución bebiendo líquidos, aumento de los impactos masticatorios, varias degluciones para un bocado, cambios posturales durante la comida (extensiones de cabeza, giros,…), tos y/o carraspeo para aclarar los residuos de la garganta, descansar entre cada bocado deglutido, preferencia por los alimentos blandos, dificultades para terminar el plato de comida, etc.

Además, debe contemplarse que un gran número de los pacientes con lesiones o enfermedades neurológicas pertenecen al grupo de mayores de 60 años, con lo cual existe un efecto añadido de los cambios producidos en la deglución por el proceso normal de envejecimiento2.

Por último, hay que tener en cuenta que los trastornos de la motilidad orofaríngea pueden dar lugar a dos grupos de graves complicaciones clínicas: 1) hasta el 25-75% de los pacientes con disfagia presentan desnutrición y/o deshidratación; y 2) el 30-50% presentan aspiración traqueobronquial, que conduce a una neumonía en el 50% de casos, con una mortalidad asociada de hasta el 50%1.

Diagnóstico y tratamiento:

El estudio del paciente con disfagia neurogénica tiene por objetivo valorar la capacidad de transporte de la deglución (eficacia), la posibilidad de que se produzcan aspiraciones a la vía aérea (seguridad) y determinar el origen de los síntomas que presenta el afectado3. En esta valoración se suelen emplear inicialmente métodos clínicos de detección precoz (screening) y, posteriormente, exploraciones complementarias específicas que permiten identificar la causa que ocasiona la disfagia.

Varios autores coinciden en que el método de screening más utilizado es la evaluación clínica en la cabecera del paciente hospitalizado (bedside). Este método de cribado consiste en la revisión de la historia clínica, la evaluación anatómica de la mecánica orofaríngea, la valoración motora de las estructuras de la cavidad oral, faringe y laringe, así como una evaluación del lenguaje y del comportamiento, teniendo en cuenta el estado de vigilia del paciente, su habilidad para responder – ejecutar órdenes y su capacidad de control de conducta2.

También, la exploración clínica de la deglución durante el ingreso hospitalario se realiza mediante la ingesta de bolos de 5-20 ml y diferentes viscosidades (20-4.000 mPa.s), método que permite identificar los signos que afectan a la eficacia de la deglución (sello labial, residuos orales y faríngeos,…) y los signos que afectan a la seguridad de la deglución (tos relacionada con la deglución, voz húmeda o áfona,…)3.

Dentro de los métodos diagnósticos complementarios la videofluoroscopia (VFS) es en la actualidad el estudio de referencia y, además, está considerada como el «patrón de oro» para valorar la deglución patológica de origen funcional. La VFS es una técnica radiológica dinámica que permite identificar las principales alteraciones de la deglución en forma de signos videofluoroscópicos1.

Los pacientes con disfagia neurogénica pueden ser valorados y tratados correctamente si se reconoce la disfunción deglutoria en forma previa a la aparición de complicaciones como la neumonía por aspiración. Por esta razón, el diagnóstico y el tratamiento de esta patología requiere un enfoque multidisciplinar con participación de profesionales de la logopedia, nutricionistas, gastroenterólogos, cirujanos digestivos, radiólogos, otorrinolaringólogos, etc1.

La participación temprana del logopeda en el proceso de rehabilitación puede contribuir acelerando la recuperación del paciente y, por lo tanto, reduciendo la estadía hospitalaria. Entre las estrategias terapéuticas normalmente empleadas, se incluye una terapia específica de la deglución realizada idealmente por logopedas en las unidades de disfagia o swallowing centersCuando no es posible esta situación idónea y la terapia es efectuada en otro espacio físico (ej: consulta externa), el profesional de la logopedia debiera mantener un contacto fluido con los integrantes del equipo de trabajo, con el propósito de diseñar un plan de intervención personalizado y ajustado a las necesidades individuales.

LA DISFAGIA POST-ACV:

Los trastornos deglutorios son un síntoma frecuente del ACV y, aunque no existen datos estadísticos totalmente fiables sobre la incidencia de la disfagia neurogénica, se estima que el ACV es la causa más común4. Como resultado del accidente cerebrovascular los pacientes suelen manifestar una variedad de síntomas y signos clínicos indicadores de disfagia (Tabla II), los que se correlacionan asiduamente con la región afectada.

Parece ser que la localización del ACV determina los síntomas y la severidad de la disfagia en cada caso. Así, cuando el ACV se produce en el hemisferio dominante (generalmente el izquierdo) suele alterar la fase oral de la deglución y generar disfasia. Se estima en cambio, que los ACV de hemisferio derecho afectan la fase faríngea de la deglución y provocan aspiraciones4.

En estas circunstancias, los pacientes con riesgo o sospecha de disfagia orofaríngea deberán ser evaluados mediante los métodos clínicos y/o las exploraciones complementarias antes citadas, con el objetivo de evitar complicaciones respiratorias. Si los estudios específicos confirman que la alimentación oral es demasiado arriesgada, el paciente será tratado con una terapia de deglución encaminada a reducir o eliminar la sintomatología que presente.

La disfagia en el contexto de esta enfermedad neurológica aumenta el riesgo de padecer una aspiración silente, la que puede asociarse a neumonía como se explicó anteriormente. Estas aspiraciones silenciosas son asintomáticas (no se acompañan de tos ni de otras manifestaciones respiratorias); sin embargo, es conveniente aclarar que no todo paciente con disfagia neurogénica aspira. Evidentemente la posibilidad de padecer una aspiración silente estará vinculada a la gravedad del trastorno deglutorio, al estado pre-mórbido del paciente, entre otros factores personales.

La disfagia tras un ACV es la causa principal relacionada con las complicaciones respiratorias y la malnutrición4La deglución patológica tras el daño cerebral como venimos explicando, es una consecuencia directa del tipo de lesión, es decir, según sea isquémica o hemorrágica, de su amplitud y localización (ACV de tronco cerebral, hemisférico,…), disfunción que suele mejorar o remitir después de algunos días, semanas o incluso meses.

La disfagia no sólo perjudica sobremanera la calidad de vida de los pacientes con ACV, sino que también influye de forma decisiva en el pronóstico individual y según el grado de dificultad deglutoria. Estas personas tienen una mayor probabilidad de padecer pérdida de peso, desnutrición, deshidratación, broncoaspiración, neumonía y, por tanto, un incremento de la estancia hospitalaria.

De acuerdo con Bascuñana A.H. (1998), hay que considerar que aunque la mayoría de los pacientes con disfagia post-ACV mejoran de forma espontánea en días, semanas o meses, un tratamiento adecuado y personalizado puede acelerar el resultado4.

Desde el servicio de logopedia la actuación terapéutica estará dirigida hacia el logro de una deglución funcional. Expresado en otras palabras, la función de la/el logopeda colegiado será auxiliar al paciente con disfagia para que consiga tragar de forma eficaz y segura, evitando las típicas complicaciones a nivel respiratorio y nutricional. De igual modo, este profesional sanitario abordará de forma global los trastornos vinculados al área de la comunicación (habla, lenguaje receptivo y expresivo,...), los que en su conjunto dificultan y prolongan la terapia logopédica.

Éstas y otras secuelas son un producto directo del daño cerebral que están presentes en estos pacientes en grados variables, generando un inconveniente añadido al proceso de rehabilitación llevado a cabo por un equipo multidisciplinar como ya se ha señalado.

Por lo antes dicho, es imprescindible la identificación precoz de la disfagia post-ACV para facilitar un adecuado manejo diagnóstico y terapéutico que cubra las imperiosas necesidades de cada paciente en concreto.

Tabla II. Sintomatología que sugiere la presencia de disfagia en pacientes con ACV 

Apraxia deglutoria (dificultad, retraso o imposibilidad en iniciar la fase oral deglutoria)

Dificultad para finalizar la comida en un tiempo considerado razonable

Alteraciones en el sellado labial, babeo y pérdida del contenido oral

Aumento del tiempo necesario para la preparación oral del bolo

Drenaje de comida y/o líquido por la nariz

Dificultad para desencadenar el reflejo de la deglución

Disminución de la sensibilidad oral y del reflejo tusígeno

Tos después de la ingesta de los alimentos sólidos y/o de los líquidos

Elevación laríngea disminuida o ausente durante los intentos de deglución

Incapacidad para aclarar la cavidad oral después de cada bocado de comida

Incapacidad para deglutir una pequeña cantidad de comida o bebida en uno o dos intentos

Tabla modificada de Bascuñana A.H. Rehabilitación (Madr) 1998; 32:331-3364.

En la imagen que se expone a continuación (estudio videofluoroscópico) pueden observarse las diferencias de la respuesta motora orofaríngea en una persona sana y en un paciente con disfagia neurogénica que presenta una aspiración durante la ingesta de un bolo líquido.

A través de este ejemplo, se evidencian cuáles son las alteraciones (signos) responsables de la aspiración: la lentitud en el cierre del vestíbulo laríngeo y en la apertura del esfínter esofágico superior (EES). Cabe destacar que las penetraciones y aspiraciones son indicadores de alteración de la seguridad de la fase faríngea de la deglución.

Recordemos que la aspiración se produce cuando el material deglutido, en este caso contraste, atraviesa el nivel de las cuerdas vocales y pasa a la vía aérea (tráquea y bronquios).

RESPUESTA MOTORA OROFARÍNGEA

Configuración temporal de la respuesta motora orofaríngea durante la ingesta de un bolo de 5 ml de viscosidad líquida en un individuo sano (A) y en un paciente con disfagia neurógena que presenta una aspiración (B).
El paciente presenta un incremento en la duración total de la respuesta orofaríngea, un retardo en el cierre del vestíbulo laríngeo y de la apertura del EES. El punto blanco indica el momento de la penetración de contraste en el vestíbulo laríngeo y el punto lila indica el paso al árbol traqueobronquial (aspiración)3.
Imagen perteneciente a la Figura 1-3: Ortíz Bellver, Clavé Civit. Disfagia orofaríngea y trastornos motores esofágicos (2011)3.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
  1. Ruiz de León A, Clavé P. Videofluoroscopia y disfagia neurogénica. REV ESP ENFERM DIG (Madrid) 2007; 99(1): 3-6. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-01082007000100002
  2. Bascuñana Ambrós H. Diagnóstico de la disfagia neurológica. Rehabilitación (Madr). 1998;32:324-330. Accesible en: https://www.elsevier.es/es-revista-rehabilitacion-120-sumario-vol-32-num-5-X0048712098X02022
  3. Ortíz Bellver V, Clavé Civit P. Disfagia orofaríngea y trastornos motores esofágicos. Tratamiento de las enfermedades gastroenterológicas. 3ª Edición. Sección I. Esófago. Capítulo 1. Asociación Española de Gastroenterología (AEG) 2011. Disponible para su descarga en PDF: https://www.aegastro.es/libros-aeg/tratamiento-de-las-enfermedades-gastroenterologicas-3a-edicion/
  4. Bascuñana Ambrós H. Disfagia neurológica. Generalidades. Características en el accidente vascular cerebral, en el traumatismo craneoencefálico y en la parálisis cerebral infantil. Rehabilitación (Madr). 1998;32:331-336. Accesible en: https://www.elsevier.es/es-revista-rehabilitacion-120-sumario-vol-32-num-5-X0048712098X02022