INTRODUCCIÓN:
La
relación de la respiración bucal con las deformidades de la arcada dentaria y
del paladar duro, el estrechamiento facial y el hipodesarrollo mandibular ya fue
descrita en el siglo pasado1.
Respiración
bucal es la respiración que el individuo efectúa a través de la boca, en lugar de hacerlo por la nariz, no obstante
que la respiración bucal exclusiva es sumamente rara2.
La
respiración nasal es imprescindible para un buen desarrollo de las funciones
orofaciales y, por consiguiente, un crecimiento esquelético armonioso1.
La
respiración por vía oral es una alteración de la función de respiración o
disfunción respiratoria que afecta sin distinción a personas de todas las
edades, desde niños hasta adultos.
Las dificultades
respiratorias pueden producirse a nivel nasal, de la nasofaringe, bucofaringe o de todo el tracto respiratorio
superior, pero en todos los casos se rompe el equilibrio funcional y el sujeto se convierte
en respirador bucal3.
Sabemos
que el trayecto fisiológico del acto respiratorio es el siguiente: fosas nasales, faringe, laringe, tráquea,
bronquios y pulmones.
La
respiración nasal filtra, purifica, entibia y humidifica el aire inspirado.
El cambio de modo respiratorio, sea bucal o mixto, altera estas funciones. El aire que entra directamente por la boca ya
no recibe este tratamiento de limpieza, calentamiento y humidificación antes de
pasar a las vías aéreas inferiores. Por lo tanto, el riesgo de infección es
mayor1.
Cuando la vía de entrada no
es la cavidad nasal hablaremos de disfunción. Esta disfunción puede impedir que
otras funciones que se producen en la boca se puedan ejecutar con normalidad,
como es el caso de la deglución4.
La respiración oral está
vinculada a la deglución atípica, las
maloclusiones, las alteraciones de articulación y voz, siendo uno de los
principales factores causales de desequilibrio
orofacial durante la infancia.
Ante una dificultad
respiratoria nasal sea parcial o total, se altera el proceso fisiológico y se
establece de forma temporal o permanente la respiración por boca.
La respiración bucal
provoca la inhalación de un aire frío, seco y no liberado de gérmenes, muy
agresivo para las vías aéreas inferiores, pudiéndose provocar procesos
infecciosos3.
En
el respirador oral o bucal están alteradas la
forma de respirar (de nasal a oral), el
tipo respiratorio que puede ser torácico o clavicular y la capacidad vital generalmente se
encuentra reducida.
Podríamos decir entonces que
la disfunción respiratoria es el inicio de una serie de disfunciones y
alteraciones que trascienden incluso al Sistema Estomatognático* (S.E.)3.
Las alteraciones respiratorias son una causa frecuente de
trastornos miofuncionales1. Por este motivo, el diagnóstico y
la rehabilitación dependen, por lo general, de la actuación de un equipo multidisciplinario que
incluye Otorrinolaringología, Logopedia, Ortodoncia, entre otros.
*Sistema
o Aparato Estomatognático: El aparato masticatorio está constituido por la
dentición, los maxilares y todas las estructuras que contribuyen a la dinámica
masticatoria: articulación temporomandibular, músculos de apertura y cierre,
lengua, labios y mejillas. Todos estos elementos forman una unidad vital
orgánico-funcional indivisible la cual se denomina Aparato Estomatognático (Canut, 2000 citado en Pastor Vera, 2008).
Fig.
17: LABIO CORTO |
ETIOLOGÍA:
Investigar las causas de la respiración oral es
necesario para comprender la génesis de los desequilibrios musculares,
funcionales, las alteraciones de la mordida,… que presenta cada paciente.
El paciente respirador oral
(niño o adulo) manifiesta severas dificultades para respirar por nariz, situación
que obedece a múltiples factores como veremos a continuación.
Las causas de este modo de
respiración son2: un pasaje
nasofaríngeo angosto asociado a una membrana nasal inflamada, adenoides,
cornetes inflamados y desviaciones del tabique nasal. Entre las causas citadas,
las adenoides son las más comunes.
Actualmente se considera que las
principales causas de respiración oral son las amígdalas y adenoides hipertróficas. En la práctica clínica
se habla de “hipertrofia” adenoidea o amigdalar cuando se observa un
agrandamiento de dichos tejidos4.
Entre las alteraciones más
frecuentes de las vías aéreas superiores podemos destacar1:
Desviación del tabique nasal.
Hipertrofia de las
vegetaciones adenoides.
Malformaciones de los
huesos nasales.
Hipertrofia de cornetes
nasales.
Bronquitis
y alergias respiratorias.
Las causas de la
obstrucción nasal son muy diversas1:
Atresia de las coanas.
Tumores nasales.
Hipertrofia amigdalar y
adenoidea.
Fractura
nasal.
Pólipo
nasal.
Existen, sin embargo, otros
factores locales2:
Rinitis crónica, infecciones periódicas de las vías
respiratorias superiores, alergias, asma, pólipos, cuerpos extraños,
desviaciones del tabique, fracturas no reducidas y ambiciosos tratamientos
quirúrgicos de las fisuras palatinas, todos los cuales pueden producir
distintas obstrucciones al fluir natural del aire a través de la cavidad nasal.
No
obstante lo anterior, algunas personas respiran por vía bucal debido a
una postura viciosa, sin que existan obstrucciones mecánicas o funcionales1.
Fig.
18: FACIES ADENOIDEAS |
SINTOMATOLOGÍA:
La presencia de respiración bucal suele estar
asociada a un patrón facial específico: cara larga y angosta con paladar
estrecho y alto1.
A través de los años numerosos
investigadores se interesaron por el paciente respirador oral. Uno de ellos fue
Leech (1958)
que describe las características tras el estudio de 500 pacientes en una
clínica de enfermedades respiratorias1:
Posturas corporales
atípicas.
Aumento de las infecciones
del aparato respiratorio.
Faces adenoidea, larga y
estrecha.
Estrechamiento de la arcada
dentaria superior, del paladar y de las narinas, por falta de uso.
Labio superior hipotónico,
corto y alto.
Encías hipertróficas.
Lengua en posición atípica,
sin ejercer su función modeladora del paladar y con tonicidad alterada.
Olfato
alterado y frecuente asociación de disminución del apetito y de la función
gustativa.
Hiperplasia
de los tejidos linfoides alrededor de la trompa de Eustaquio.
Mala oxigenación cerebral,
que ocasiona dificultades de atención y concentración, con los consiguientes
problemas de aprendizaje.
Estas características pueden aparecer o
estar asociadas a otras, pero no tienen por qué aparecer siempre4.
La
gran mayoría de los pacientes que son respiradores bucales desde la niñez
poseen características físicas y faciales comunes. Actualmente añadimos otras características a las descriptas por Leech
(1958)1:
Habla
imprecisa, con exceso de salivación y sigmatismo anterior o lateral.
Frecuentes
disfonías.
Deglución
atípica y masticación ineficaz.
Mordida
de clase II, overjet, mordida cruzada o abierta.
Protrusión
de los incisivos superiores.
Hipodesarrollo
de la mandíbula.
Babeo
y ronquidos nocturnos.
Los signos clínicos de las facies del
respirador oral podrían definirse, de forma general, por la cara de cansancio. Este tipo de pacientes tiene unas características faciales determinadas4:
Cara
estrecha y larga.
Altura
facial inferior aumentada.
Malposición
dentaria con incisivos a la vista.
Bolsas
palpebrales.
Mejillas
flácidas.
Nariz
pequeña y respingona (ausencia de función del tercio medio de la cara).
Orificios
nasales pequeños, poco desarrollados y orientados hacia el frente.
Cortedad
de los labios y posición entreabierta de la boca.
Labio
superior corto e incompetente.
Labio
inferior grueso y caído.
Borla
del mentón hipertónica.
Estos
signos no siempre están presentes, pero en general el niño tiene un aspecto
facial de persona enferma4.
Fig.
11: RESPIRACIÓN ORAL CON INTERPOSICIÓN LINGUAL |
La obstrucción nasal crónica producirá vicios posturales de la lengua que comprometerá, entre otras, la deglución, la posición en reposo de la lengua y la articulación fonética4.
Otra
característica en los pacientes respiradores
bucales es la flexión posterior de la cabeza, como tratando de aumentar el
espacio aéreo1.
DIFERENCIAS ENTRE LA RESPIRACIÓN NASAL Y ORAL:
Cuando la vía de entrada
del aire no es la cavidad nasal, además de afectar las condiciones del aire
inspirado, repercutirá negativamente en las estructuras óseas y musculares
adyacentes, ya que la forma de realizar la respiración nasal es muy diferente a
la de la respiración oral4.
Cuando la respiración se realiza por la
nariz se estimula el crecimiento de los maxilares conjuntamente con las demás
funciones orofaciales1.
Características
de la respiración nasal4:
Inspiración
nasal. Estimula los procesos de reabsorción ósea y del crecimiento.
Labios
cerrados. Se establece un equilibrio de la musculatura orofacial y masticatoria.
Lengua
en posición correcta (contra el paladar). Facilita el crecimiento transversal
del paladar y posibilita una adecuada deglución.
La respiración nasal es determinante para
el crecimiento correcto y armónico de la cara, el equilibrio muscular, la
oclusión dental y las funciones orofaciales.
Características
de la respiración oral4:
Inspiración
a través de la cavidad oral con adaptación postural de la lengua.
Descenso
de la mandíbula e hipotonía de la musculatura masticatoria.
Hipotonía
del músculo orbicular.
Dificultad
para ejecutar una correcta deglución.
Además,
en el paciente con respiración oral o bucal se alteran las posiciones de reposo
de lengua y labios como vemos a continuación.
Posición
de la lengua en reposo: En posición baja, adelantada, apoyada contra los
incisivos inferiores o interpuesta entre las arcadas dentarias. Esta postura
baja de la lengua facilita la entrada del aire por la boca.
Cuando la lengua, además de baja, se
encuentra adelantada, ejerce presión contra los dientes anteriores. Como los
labios están entreabiertos no actúan como contención1.
Posición
de los labios en reposo: Incompetentes (separados), el labio inferior es
fláccido y evertido, el labio superior es corto y con los incisivos a la vista.
CONCLUSIONES:
La respiración oral/bucal
es una disfunción respiratoria que se
presenta con elevada frecuencia y constituye una de las principales causas de
desequilibrio orofacial en la población infantil.
Familias y pacientes suelen
desconocer las consecuencias a veces irreversibles de la respiración oral,
motivo por el cual consultan cuando la sintomatología está instalada o cuando
son derivados por un especialista.
Conocer la etiología del trastorno orofacial es
indispensable y permite al logopeda
planificar la intervención en coordinación con el resto de profesionales del
equipo de salud: Ortodoncia,
Otorrinolaringología, Odontología, etc.
Numerosos autores
consideran que las principales causas de obstrucción nasofaríngea son las amígdalas
y adenoides (vegetaciones) hipertróficas y el origen de la respiración por boca.
La respiración oral es un
hábito primario, y, por lo tanto, desencadenante de otros hábitos. Conocer este
hecho es importante para determinar cuál es el factor etiológico de
maloclusiones, de disfunciones, de desequilibrios musculares y, en definitiva,
para planificar tratamientos en terapia miofuncional y ortodoncia4.
Recordemos
que el niño que utiliza su nariz para respirar presenta una situación de
equilibrio funcional, muscular y esquelético: labios juntos, una
corriente de aire nasal, lengua contra el paladar en posición de reposo y
durante el acto de la deglución.
Por el contrario, el respirador oral manifiesta una situación
de desequilibrio entre las estructuras faciales: labios
entreabiertos, músculos hipotónicos (ej: buccinador), ausencia de corriente de
aire nasal, lengua baja y generalmente adelantada para facilitar la entrada del
aire.
Por un lado, las alteraciones respiratorias
pueden ocasionar trastornos miofuncionales graves, y por otro, es imprescindible
para un buen desarrollo de las funciones orofaciales que la vía de entrada del
aire sea la nariz, lo que repercutirá positivamente en un crecimiento óseo
armonioso4.
El
diagnóstico precoz, seguido de un tratamiento temprano y eficiente, puede frecuentemente
prevenir, al menos, un factor mayor que contribuya a los efectos progresivos de
la deformación dentofacial2.
El
abordaje de estos trastornos orofaciales debe estar enfocado desde un punto
de vista multidisciplinar para
obtener resultados óptimos y duraderos en el menor tiempo posible.
Las
imágenes han sido tomadas de Pastor-Vera (2008). Capítulo
1: Análisis y descripción de la respiración: diferencia entre la respiración
oral y la respiración nasal. Fig.
17 Labio corto, Fig. 18 Facies
adenoideas y Fig. 11 Ejemplo de
paciente con hábitos combinados: respiración oral con interposición lingual. Tesis Doctoral. Citada en
bibliografía.
Artículo publicado el 15 de
noviembre de 2012, revisado y actualizado por la autora en octubre
de 2024.
BIBLIOGRAFÍA:
- Zambrana Toledo González N, Dalva Lopes L. Logopedia y ortopedia maxilar en la rehabilitación orofacial. Tratamiento precoz y preventivo. Terapia miofuncional. Ed. Masson. Barcelona, España. 1ª ed. 1998.
- Segovia ML. Interrelaciones entre la Odontoestomatología y la Fonoaudiología. La Deglución Atípica. Ed. Médica Panamericana. Buenos Aires, Argentina. 1988.
- Grandi D, Donato G. Terapia Miofuncional. Diagnóstico y Tratamiento. Ed. Lebón. Barcelona, España. 2006.
- Pastor Vera, TV. Análisis correlacional de las secuelas estructurales y funcionales que
son ocasionadas por la respiración oral y que condicionan la deglución. Tesis Doctoral. Universitat Ramon Llull, Barcelona. 2008. Accesible en: http://hdl.handle.net/10803/9263
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