Introducción:
Los siguientes temas
pretenden acercar al lector al quehacer del logopeda con el propósito de
evitar que el desconocimiento se
transforme en uno de los motivos que retrase la consulta a este profesional de
la salud.
Entre las funciones inherentes a la
logopedia pueden citarse la información y orientación terapéutica
al paciente, la educación previa a la instalación de la patología (ej:
educación vocal), así como la prevención de las alteraciones vinculadas a
la comunicación humana en general.
Es bien sabido que una
persona correctamente informada colabora más con el tratamiento y trabaja
mejor en su hogar, hecho que redundará en la evolución de su terapia y el
resultado final.
Deberemos considerar entonces como agentes
de salud, que es útil y necesario proveer a cada paciente de los
conocimientos relacionados al motivo de su visita, utilizando para ello todos
los recursos disponibles (bibliografía, videos, gráficos,…) que le ayuden a comprender
su problema logopédico.
De
igual modo, como profesionales de la salud nuestra misión es impartir información adecuada a cada persona que solicite nuestros
servicios y a la población en su totalidad, porque la educación colectiva favorece
el proceso de prevención y minimiza la actuación del logopeda.
Por esta razón, en el presente
artículo se abordan someramente situaciones habituales de la práctica clínica y
sus posibles efectos negativos sobre la
voz, el habla, lenguaje y las funciones orofaciales, en ausencia de una
intervención profesional y oportuna.
LOS FACTORES DE RIESGO PARA
LA VOZ: LA MEDICACIÓN
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Dentro del conjunto de factores que pueden
interferir en la normal producción de la voz se hallan determinados fármacos que van a generar efectos
adversos como, por ejemplo, sequedad en boca y/o laringe. La
persona que utiliza la voz para el ejercicio de su actividad
laboral debiera conocer los efectos colaterales que poseen ciertos medicamentos sobre la
laringe y, en lo posible, evitarlos o sustituirlos por otros menos nocivos
para la voz.
Según Farías (2007, 2010) La voz podrá
verse afectada por medicamentos que producen sequedad porque disminuyen el
componente de agua de la secreción, ésta se torna más viscosa con subsiguiente tos
y carraspeo. La autora menciona a los antihistamínicos prescritos en pacientes
alérgicos, las drogas para los pacientes con Parkinson que producen sequedad en
boca, entre otros1.
Aquellos profesionales de élite de la voz
(ej.: cantante) o los que emplean sus cuerdas vocales como instrumento primario
de trabajo (ej.: telefonista) no debieran automedicarse. En estos casos, lo correcto sería una
consulta con su médico o/y el otorrinolaringólogo (ORL) acerca de la
medicación que menos interfiera en la calidad vocal.
Del grupo de los medicamentos que pueden
tener efectos secundarios sobre la laringe podríamos citar los siguientes1,2:
mucolíticos, antitusígenos, antiinflamatorios (no corticoides), corticoides,
antihipertensivos, broncodilatadores, diuréticos, tranquilizantes, ácido
acetil-salicílico, etc.
PATOLOGÍAS DEL HABLA: LA
DISFLUENCIA
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La disfluencia
(tartamudez) es
una deficiencia relacionada con la fluidez, la velocidad y el ritmo del habla. Este trastorno
puede presentarse durante la infancia, la adolescencia o la edad adulta interfiriendo
de modo variable en el proceso de aprendizaje, la vida familiar, el círculo
laboral y/o social,… de cada individuo.
Las disfluencias más representativas
consisten en repeticiones de sonidos (p..p..p..papá), sílabas
(mi..mi..mi..mío), palabras (pero..pero..pero dámelo) o frases, así como
prolongación de sonidos (eeeeeese niño), bloqueos (mi padre {silencio}…se llama
Juan) o segmentación de palabras (vamos to...dos a casa)3.
La persona con disfluencia carece de un flujo de habla uniforme e ininterrumpido,
situación que incidirá de forma directamente proporcional en su calidad de
vida.
El tartamudeo o falta de fluidez durante la
comunicación es fisiológica entre los 2 y 3 años, conocida también como tartajeo
fisiológico y, por tanto, no es tratable3. No obstante, si
continúan las disfluencias pasado este período y, además, existen antecedentes familiares de tartamudez es
recomendable consultar al logopeda.
Este profesional, tras efectuar una exhaustiva
valoración – diagnóstica del caso podrá orientar a la familia acerca de la
conveniencia o no de iniciar un tratamiento de reeducación. Se ha demostrado que la derivación
precoz de los trastornos de la fluidez del habla al profesional
competente, tiene una relación directa con las probabilidades de recuperación.
LA INCIDENCIA DE LAS ALERGIAS
EN LA VOZ
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Las alergias respiratorias que comprometen
a las vías aéreas pueden ser un motivo de consulta del profesional de la voz1.
La reacción alérgica se debe a una sensibilidad inusual de la mucosa
respiratoria al polen, moho, esporas, caspa de animales, ácaros del polvo doméstico
y ambiental que predomina en las grandes ciudades del mundo4. El edema de cuerdas vocales puede estar asociado
con laringitis alérgica1.
Con carácter general, los síntomas producidos por la reacción alérgica a determinados
factores del ambiente que pueden incidir en la voz son: carraspeo, tos,
sequedad, irritación del tracto vocal, rinorrea, cambios en el modo
respiratorio de nasal a bucal por aumento de secreciones, etcétera.
Un paciente con disfonía que además
presenta tos, episodios respiratorios recurrentes, procesos inflamatorios en
las fosas nasales; faringe y/o laringe de origen alérgico, deberá ser evaluado
y tratado médicamente. El trabajo
multidisciplinario en estos
casos es de gran importancia para
efectuar un adecuado manejo diagnóstico – terapéutico del paciente alérgico que consulta porque manifiesta una disfunción vocal.
Asimismo, el terapeuta de la voz (logopeda o fonoaudiólogo/a) deberá estar
lo suficientemente informado sobre el tema para poder orientar correctamente a sus pacientes,
especialmente si se trata de un profesional de la voz.
Por lo que venimos explicando, se puede
afirmar que toda persona con alergia que afecte a las vías aéreas deberá
ser abordado de forma interdisciplinaria: desde el punto de vista médico y logopédico. Este último a través de la terapia
vocal, tratará aquellos síntomas que la alergia respiratoria haya generado en
el mecanismo vocal alterando su normal funcionamiento.
SIGNOS DE ALERTA EN LA
POBLACIÓN INFANTIL
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Sabemos que cada niñ@ avanza de
acuerdo a su propio ritmo, sin embargo, hay ciertos signos y síntomas que motivan la consulta al logopeda. En
estos casos, el terapeuta será quien valore la necesidad de una
posible intervención tras estudiar exhaustivamente a cada paciente.
Entre los diagnósticos más
asiduos en la clínica diaria destacan una articulación no acorde a la edad
cronológica (dislalias, disglosias,…), el retraso madurativo del lenguaje, las
disfonías, disfluencias, respiración bucal, deglución atípica y los hábitos de
succión (ej: del pulgar), temas que en su mayoría han sido analizados y
descritos en este blog.
Cualquiera de estos déficits
que son fácilmente identificables para un observador entrenado o familia
informada, debiera resolverse antes
del inicio de la escuela primaria, es decir, entre los 4 y 6 años aproximadamente. En la etapa de
educación primaria, l@s niñ@s necesitan que sus funciones orofaciales respondan
fisiológicamente (sin trastornos) y que el desarrollo del lenguaje
oral esté a la altura de la exigencia educativa y social.
Es conveniente recordar al
lector que las funciones
orofaciales (se desarrollan en la zona oral) son: la respiración,
succión, deglución, masticación y fonoarticulación, estas dos últimas son
funciones aprendidas. En este sentido, cuando dichas funciones no se realizan
adecuadamente se convierten en disfunciones orofaciales, produciendo una serie de
consecuencias en cadena a nivel óseo, muscular y funcional.
Así, un menor escolarizado que
presenta un trastorno en su función respiratoria por una
obstrucción orgánica (nasal y/o faríngea) o por hábito, puede manifestar
alteraciones articulatorias, vocales (disfonía, afonía,…), olfatorias,
gustativas, etc.
Igualmente, el cambio de modo
respiratorio de nasal a bucal acarrea otros numerosos trastornos como los
descritos por Leech (1958): posturas corporales atípicas; aumento de las
infecciones del aparato respiratorio; labio superior hipotónico, corto y alto; deficiente
oxigenación cerebral que ocasiona dificultades de atención y concentración con los
consiguientes problemas de aprendizaje, etc. (Leech citado por Zambrana &
Lopes 1998, 2003 pág. 52)5.
Resumiendo,
el profesional logopeda y luego de efectuar una valoración del niño/a
estará en condiciones de informar al paciente y su
familia, a través de una devolución diagnóstica, si es el momento apropiado para iniciar un tratamiento rehabilitador.
Figura 1: respiración oral y protrusión
lingual
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El acto fisiológico de la respiración y la deglución aseguran un adecuado
crecimiento de la cara, el equilibrio muscular y el normal desarrollo de las
funciones orofaciales.
La inspiración efectuada
por vía oral (figura 1) puede generar desequilibrio muscular y disfunciones
en cadena como, por ejemplo, la deglución atípica, alteraciones en la
articulación, trastornos en la voz, la resonancia, etc.
La importancia de
la detección precoz de los hábitos orales lesivos sumado al tratamiento
miofuncional (logopedia) y multidisciplinario (ortodoncia, ORL,…), garantizará
resultados duraderos sin que se produzcan recidivas.
De acuerdo con
Pastor, T (2008) es imprescindible que los niños mantengan sus funciones
orofaciales inalteradas para que el proceso de desarrollo y crecimiento facial
se realice con normalidad.
La imagen
expuesta corresponde a la Figura 2: Respiración oral. Pastor, T. Tesis Doctoral: Introducción (2008)6.
Promover las medidas
preventivas:
En la actualidad se sabe
claramente que la educación es la
base de la prevención, por tanto, parte de nuestra tarea consistirá
en orientar y asesorar al paciente
sobre el motivo de su consulta, situación que se mantendrá activa a lo largo de
la terapia y, de ser necesario, se transferirá a familiares y/o cuidadores.
En los trastornos infantiles la detección temprana y la
correspondiente derivación al profesional competente (logopeda, especialista,...), evitará
el agravamiento del diagnóstico y acortará los tiempos de intervención en un
elevado porcentaje, mejorando significativamente la calidad de vida del menor.
Por lo dicho anteriormente, solicite
orientación y asesoramiento al logopeda para obtener un mayor entendimiento de su caso en particular. Recuerde
que la información y
la educación son los pilares de la prevención de
múltiples alteraciones ligadas a la logopedia en la población infantil, la adolescencia,
los adultos y la tercera edad.
INFORMACIÓN +
EDUCACIÓN = PREVENCIÓN EN LOGOPEDIA
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Bibliografía:
- Farías, P. “Ejercicios que restauran la función vocal. Observaciones clínicas”. Ed. Akadia. Buenos Aires, Argentina. Primera reimpresión, 2010.
- Farías, P. “La Disfonía Ocupacional”. Librería Akadia Editorial. Buenos Aires, Argentina. Primera edición 2012.
- Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. “Logopedia. Guía de apoyo para pediatras y médicos de Atención Primaria”. Madrid, 2011. Versión digital, disponible en: http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM017009.pdf
- Jackson-Menaldi, C. “La voz patológica”. Editorial Médica Panamericana. Buenos Aires, Argentina, 2002.
- Zambrana NTG. Lopes LD. “Logopedia y ortopedia maxilar en la rehabilitación orofacial. Tratamiento precoz y preventivo. Terapia miofuncional”. Editorial Masson. Barcelona, España. Tercera reimpresión, 2003.
- Pastor Vera, T. “Análisis correlacional de las secuelas estructurales y funcionales que son ocasionadas por la respiración oral y que condicionan la deglución”. Tesis Doctoral [en línea]. Barcelona: Universitat Ramon Llull. FPCEEB - Psicología, 2008. Disponible en: http://hdl.handle.net/10803/9263
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